miércoles, 4 de noviembre de 2015

Autumn....forever autumn...



   Las redes sociales molan, pero a veces ponen en evidencia cierta simpleza  e inocente conformismo en muchas de nuestras publicaciones. Hace poco lo comentaba con un colega ¿que lunes alguien no cuelga un video de "I don't like mondays", o que viernes no vemos un "Friday, I'm in love", o un "Friday on My Mind"?, en septiembre los Enemigos suenan a cascoporro, y este mes nos hemos hartado del "November rain". No es que esté mal, al fin y al cabo son referencias colectivas, esenciales para "conectar" con momentos comunes y vivencias compartidas, de vez en cuando esta bien, pero todos con la misma cantinela año tras año empieza a hacerme creer que alguno necesita ampliar su espectro musico-cultural. Pues bien, hoy voy a poner mi (humilde) granito de arena a las canciones otoñales, intentando no caer en topicazos como "Autumn leaves", Autumn almanac",  o las dedicadas a los meses en cuestión... Una perfecta excusa para hablar de unos de los discos de la colección de mi padre que marcaron mi infancia y me abrieron la mente a disfrutar de todo tipo de propuestas musicales concebidas desde la pasión y la honestidad creativa... allá vamos.

 Algunos dicen que el rock contemporáneo se desarrolla a partir de la segunda mitad de los 60, los críticos comienzan a hablar de “rock” y de “pop” como géneros separados y diferenciados. La psicodelia da paso al rock progresivo, y este a su vez al sinfónico. El álbum conceptual pasa de ser tenían un compendio de canciones unidas por una excusa argumental global, como el Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, a trabajos narrativos con una trama que se desarrollaba a través de las canciones del disco, de esto sabía mucho mi padre. Yo no soy, ni mucho menos, un experto en este asunto, pero tengo interiorizados muchos de aquello discos que escuchaba de pequeño, disfrutaba mucho escuchando a Rick Wakeman, imaginando aquellas grandilocuentes historias musicales sobre el Rey Arturo, Enrique VIII o el Viaje al centro de la tierra, era como vivir una novela musical. Pero por encima de todos me encantaba  un curioso y singular doble LP "Jeff Wayne´s Musical Version of The War of the Worlds" (1978), un álbum de rock progresivo-sinfónico, que al su vez es un "audiolibro", ya que abunda en extractos narrados de la novela de H. G. Wells de la que es adaptación.


  Aquel fascinante disco te transportaba literalmente a una invasión marciana en clave de Opera rock, yo no sabía ni papa de inglés y sin embargo imaginaba cada escena  (las fantásticas ilustraciones del disco ayudaban mucho) los diálogos dramáticos cobraban intensidad reforzados por las notas de temas instrumentales y vocales. Su artífice fue un astuto músico y productor británico (aunque nacido en USA) especializado en sintonías televisivas y jingles publicitarios llamado  Jeff Wayne (Nueva York, 1943), tal vez un infravalorado artista de corta discografía propia, tan sólo recordado por este álbum, una experimento extravagante y barroco (en momentos parece inspirarse en "El anillo del nibelungo" de Richard Wagner) convertido en verdadera obra de culto. El argumento, de sobra conocido, relata una invasión marciana (en Londres) a finales del siglo XIX, para lo que Wayne fichó a figuras de excepción, como los actores Richard Burton, David Essex o Julie Covington y músicos como Justin Hayward (The Moody Blues, otro día os hablo de ellos y del "mellotron"), Chris Thompson (Manfred Mann) o  Phil Lynnot (Thin Lizzy)... pero no voy a daros la brasa mas con detalles, aquí hemos venido a por una canción otoñal, pero ya me conocéis, no puedo contar algo sin dar mil detalles "esenciales" jeje.

  El álbum cuenta con momentos épicos de rock progresivo vocal sinfónico (bajo los cánones setenteros del rock "adulto" con ecos de Alan Parsons Project, Emerson Lake and Palmer, Rick Wakeman, Yes, y operas rock al estilo de Tim Rice y Andrew Lloyd Webber) destacando  "The Eve of The War", "Thunder Child", "The Spirit of Man" y, para mi pricipalmente, "Forever Autumn" (Top 5 UK), una magnífica balada rock, amargo lamento por los seres queridos que se pierden en la guerra, en la inspirada voz de Justin Hayward, cuya melodía fue compuesta por Wayne en 1969, como fondo para un jingle publicitario de Lego, a la que Gary Osborne y Paul Vigrass pusieron letra para el cantante de Moody Blues, al que Jeff quería por que le había impactado "Nights In White Satin ".

  "Forever Autumn" es una hermosa balada pastoril sobre la pérdida, una canción de amor universal donde la vida será "siempre otoño". Para entenderla correctamente puede escucharse de dos formas, probablemente la mejor manera sea en el contexto narrativo del LP, pero funciona también como tema independiente, tanto es así que fue lanzado como single de Moody Blues en 1976, vendiendo más de 100.000 copias. No os doy mas la brasa, esta es mi canción de otoño, ahora que lo pienso, me gusta el otoño. Me gusta el olor de octubre, los colores y sentir un poco de aire en la cara. Noviembre... también, tal vez porque siempre que termina el verano nos imponemos nuevos retos y queremos hacer las cosas mejor... buen otoño!



2 comentarios:

  1. He tenido que poner los dos vídeos porque no recordaba las piezas. La primera sonó insistentemente, durante mucho tiempo y en todas partes; la segunda, aunque más "discreta", también tuvo su éxito y desde luego suena a Moody Blues totalmente (por entonces ya hacía tiempo que Hayward era el principal cerebro del grupo). No tengo mucho que decir, ya que este tipo de músicas no es lo mío, pero aunque solo fuese por su valor "sentimental" me ha gustado recordarlas.

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  2. ¡Uff, qué recuerdos! Este disco también estaba en mi casa, y sonó muchas veces aunque no era precisamente de escucha fácil (por la narración). Lo primero que impresionaba era la carpeta del disco, y después... aquello era lo más parecido a un radio-teatro como los que escucharon años atrás nuestros abuelos. ¡Enhorabuena por el post y por el blog!

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