jueves, 6 de marzo de 2014

Borrowed Songs (by the Beatles) (2)



Cilla Black Y Paul McCartney


Avanzamos una semana mas, (re)descubriendo algunos de los temas Beatles que nunca fueron grabados (al menos oficialmente) por los cuatro de Liverpool Lennon y McCartney, sabedores de la demanda del público y la industria de todo lo relacionado con los fab-four, y con el estímulo de su mánager Brian Epstein (me lo imagino con el símbolo del dolar en los ojos), se apresuraron en ampliar su espectro de acción. Entre 1963 y 1969 sello de excelencia Lennon/McCartney, en otros artistas está siempre presente en un gran número de singles de las listas de éxitos, ya sea en versiones o en composiciones escritas expresamente para otros. Por eso los 60 son de los Beatles, sin embargo y a pesar de la prolífica capacidad compositora del dúo británico, crear nuevo material para los nuevos discos de los Beatles, girar con la banda, atender los requisitos de las promociones, y además escribir nuevos éxitos para sus compañeros músicos no era tarea fácil, por lo que decidieron abrir el cajón del olvido, allí donde caen esas composiciones para sí mismos que fueron descartadas por uno u otro motivo, y aquellos otros primigenios temas que compusieron juntos entre 1950 y 1963, ya no eran útiles para the Beatles, pero en plena vorágine Beatle, todo lo relacionado con ellos era oro puro. Algunas de estas canciones gozaron de cierto éxito, otras se diluyen en el olvido (material de gozo para beatlemaniacos), hoy volvemos a rescatar algunas de estas no tan recordadas composiciones, y de paso, conocemos algo de las historias y los interpretes a quien fueron destinadas, comencemos...


 En 1964, mientras Billy J. Kramer conseguía el éxito masivo gracias a "Bad to me" de Lennon, McCartney decidía que sus composiciones podían ser un buen material para una artista femenina, así que decidió volcar su talento en una joven promesa de Liverpool (rollete tal vez?, quien sabe) llamada Priscilla Maria Veronica White. La joven artista era una conocida de los Beatles en la época en la que comenzaron a saborear sus primeros triunfos, trabajaba a media jornada como como asistente de vestuario en The Cavern (el mítico club que hicieron famoso en todo el mundo los Fab Four). Decidida a ser artista, cuentan que la joven había subido a cantar en mas de una ocasión con Rory Storm and the Hurricanes (grupo en el que tocaba la batería Ringo Starr, junto al que interpretaba a dúo el tema "Boys"), pronto destaca y comienza a cantar con el nombre de "Swinging Cilla" o "Cilla White". Cambió su nombre artístico cuando un periodista escribió un artículo sobre uno de sus conciertos en the Cavern, posiblemente amnésico por algún exceso, olvidó el apellido de la chica, recordaba que estaba relacionado con un color, apostó erróneamente al negro y cambió “Cilla White” por “Cilla Black” que, todo sea dicho, tenía mas personalidad. Cilla fue presentada a Epstein por los propios Beatles, quien le consigue un contrato con Parlophone, la pelirroja se convierte en una máquina de hacer éxitos, su primer single “Love of the loved” entró timidamente en las listas a pesar de tener el sello Lennon-McCartney, Epstein vio que la cosa no funcionaba y le impuso un cambio, le dio una imagen más sofisticada y americanizó su repertorio con canciones como “Anyone who had a heart”, de Burt Bacharach, el éxito llegó rápido y volvió a darle canciones escritas por Paul, pronto llegan otros hits como “Step inside love”,  y sobre todo “It’s for you” (1964), con el que McCartney (que toca el piano en el tema) logra desmarcarse del sonido merseybeat, adaptándose a las cualidades vocales de la artista, con este tema conseguiría alcanzar la parte alta de las listas británicas y estadounidenses. 


La fallida prueba de Decca dejó una grabación que posiblemente quedara archivada entre otros descartes, con el éxito de los Beatles será editada ilegalmente una docena de veces, su valor artístico es inferior al gran valor documental, el material fue seleccionado por Brian Epstein, quien se decantó por un puñado de covers, habituales en su repertorio, y sólo tres canciones compuestas por el dúo Lennon/McCartney. Entre ellas la primera escrita por John Winston Lennon, “Hello little girl” (compuesta en 1957), cuya primera maqueta casera fue grabada con Stuart Sutcliffe en el bajo, y en Decca, con Pete Best a las baquetas. Con la eclosión del Merseybeat, decenas de grupos de Liverpool siguieron la estela dejada por los Beatles. The Four Jays intentaban hacerse un hueco, tocaron en The Cavern en 1961, tres semanas antes que los fab-four, pero pasaron desapercibidos, varios cambios internos y algo de rodaje les llevaría de nuevo al mítico club en 1963, esta vez se hacían llamar The Fourmost, eran buenos instrumentistas, los arreglos vocales excelentes, y tanto Brian O'Hara como Billy Hatton tenían unas eficaces voces, así que Brian Epstein se fijó en ellos. Al igual que hizo con los Beatles, les puso en contacto en Parlophone, y con el productor George Martin. La banda tenía un gran impacto melódico, pero les faltaba vivacidad, un sello distintivo, algo al estilo de los Swinging Blue Jeans, así que recurrieron a los viejos temas de los Beatles. Su prometedor lanzamiento fue “Hello little girl” (1963), un estupendo tema rítmico, genial vocalmente, que les colocaría en el Top9 de el Reino Unido (compitiendo con la versión de Gerry and The Pacemakers grabada un par de semanas después). Su siguiente éxito también tendrá el característico sello Beatle, "I'm in Love" les mantuvo en el candelero, incluso haciéndose un hueco en las listas USA. Su trayectoria fue muy irregular (con un top-6 con "A Little Loving", Russ Alquist, 1964), casi se puede decir que desaparecieron en la primavera de ese mismo año. Sin ningún éxito destacable, la banda sufrió un golpe del que nunca se recuperó,  Millward  falleció en 1966 por leucemia. Fourmost fueron perdurables por que ninguno de sus componentes sabia componer, y  además el resto de bandas del momento les superaban en sus directos, su final era inevitable. Paul McCartney les produjo “Rosetta” en 1969 en un vano intento de recuperar viejos laures, pero ya era tarde, su momento pasó, y fue fugaz...


A principios de 1965 los Beatles se encierran en los estudios de grabación de EMI, en el número 3 de Abbey Road, para seleccionar y grabar las siete canciones que se incluirían en "Help!", segunda aventura cinematográfica de la mano de Richard Lester, que (junto a otros siete temas) darían forma al quinto álbum de la banda. Durante aquellas semanas los cuatro de Liverpool intentaron sacarle provecho a todo el material que habían compuesto, algunas canciones no pasaron de una primera toma de contacto, pero grabarían mas de veinte para escucharlas después junto a George Martín y decidir sobre ellas. Al menos media docena de canciones quedaron "en espera", algunas saldrían publicadas como cara B de los singles promocionales, como "Yes It Is", un fallido intento de Lennon de volver al sonido de "This Boy", otras como "If You've Got Trouble" (compuesta para lucimiento de Ringo), serían desestimadas para su uso en la película (a cambio le darían "Act Naturally"), alguna, como "Wait", sería rescatada posteriormente para Rubber Soul, el resto quedaron como material de coleccionista. “That means a lot” fue otro de esos descartes, era una composición de Paul, una balada con un patrón rítmico similar a "Ticket To Ride", intentaron grabarla el 20 de febrero, intentando crear unos arreglos similares al trabajo de Phil Spector y su "muro de sonido", era algo diferente a sus anteriores trabajos, y en un principio quedaron satisfechos. El 30 de marzo retomaron el tema, aquel día acabó todo, Lennon creía que era un pastel demasiado dulce para su gusto, McCartney o estaba seguro, así que decidieron ofrecérsela a alguien que tuviese un estilo al que le fuese mejor. Y así fue a parar a James Marcus Smith (P. J. Proby), un histriónico cantante tejano que llegó a Inglaterra en 1964, invitado por el productor Jack Good, para actuar en el show de televisión “Around the Beatles”. Dirigido por George Martin, Proby dio a “That means a lot” (Liberty, 1965) una gran intensidad dramática, ralentizando el tema, añadió uno coros femeninos, unos arreglos de cuerda (al estilo Yankee) alejándola del sonido Beatle, y poniendo su estupenda voz como eje central del conjunto. Fue el comienzo de la exitosa (aunque irregular) carrera de Proby, una estupenda carta de presentación con el sello McCartney, una soberbia composición que, en mi opinión, los Beatles deberían de haber recuperado uno o dos años después... otro día os cuento mas cosas...

1 comentarios:

  1. Uf, esto ha sido un recordatorio en toda regla, porque hacía siglos que no oía hablar de Cilla Black o P.J. Proby (el cantante guaperas al que, misteriosamente, le rompían los pantalones en directo con gran alborozo de sus fans). Y los Fourmost, aunque fueron una banda de segunda fila, también tuvieron su momento de gloria.

    Queda claro que los Beatles dieron de comer a mucha gente solo con el sobrante de su producción, lo cual demuestra una vez más lo grandes que eran. Y también la suerte que tuvo Epstein, porque salvo sus cuatro fantásticos el resto de su labor como manager rara vez tuvo fortuna.

    En todo caso, este paseo por las viejas semiglorias es magnífico: me has quitado un montón de años de encima.

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