No me gustan los rankings, ni las listas tipo "10 discos que te llevarías a una isla desierta", primero por que sería incapaz de prescindir de ni uno sólo de mis discos, incluso de los que hace años que no escucho (ya llegará su momento), segundo por que todos son igual de importantes, unos tienen su "magia", otros me traen recuerdos, alguno tiene un tema imprescindible, varios son clásicos intocables...etc, y finalmente por que en una isla desierta, o hay electricidad y un buen adsl, ó acabaría dedicado a hablar con un coco con una sonrisa pintada, al que llamaría "Sam" en honor a Sam Cooke. Tal vez por eso este blog sea así, algo desordenado, los post salen según me vienen a la cabeza historias, recuerdos o ganas de contar algo en particular. Pero también es cierto que (en mi modesta opinión, no lo toméis muy en serio), existe un buen puñado de discos que son de obligado estudio para todo aquel que sienta correr el rock por sus venas (o el Pop, el Soul, el Blues... ya veremos). Discos imprescindibles, sin un orden ni posición determinada, trabajos que, sin ser necesariamente los mas conocidos o de mayor difusión, marcaron un punto de inflexión, un antes y un después, de mayor o menor trascendencia, discos que dejaron un legado, o simplemente marcaron una generación, un estilo...intentaremos estar a la altura...
Me he encontrado en un montón de ocasiones metido en la misma discusión, escuchando un puñado de tópicos sobre la música surf, y calificando a los Beach Boys de simpático grupo playero de alegres melodías pop. Es como decir que Elvis se hizo famoso por su pícara sonrisa y su movimiento pélvico, son dos afirmaciones correctas, aunque tan solo dos granos en un reloj de arena. La historia de los Beach Boys es mas bien compleja, problemas psiquiátricos, los consabidos psicotrópicos, discusiones, separaciones, el asesino Charles Manson por ahí en medio (todo esto os lo cuento otro día), pero también composiciones pop impecables, preciosas armonías vocales, poderosas y vibrantes guitarras, y sobre todo un inspiradísimo Brian Wilson.
Esta es una historia de ida y vuelta entre los Beatles y los Beach Boys, en diciembre de 1965, the Beatles publican "Rubber Soul", un disco esencial de los cuatro de Liverpool, en el que comienzan a desarrollar nuevas líneas creativas, aquel disco hizo cautivó de sobremanera a Brian Wilson, hacendo que se replantease su concepto de "trabajo discográfico". Hasta aquel momento la discografía de la banda californiana se basaba en un modelo "stándard", varios singles de éxito, algún tema de relleno, y, por que no, una versión de algún clásico al estilo playero. Harto de componer canciones sobre chicas, sol y playa, un emocionado Wilson decidió crear una obra de arte musical total y completa, capaz de superar a lo que en aquel momento hacían los Beatles, sin temas de relleno, coherente, en el que cada parte estuviera integrada en un todo con sentido propio, en definitiva, el primer disco conceptual pop de la historia. Embriagado de inspiración, Brian Wilson le dijo a su mujer:"Marilyn, ¡voy a hacer el mejor disco de la historia! ¡El album de rock más grande que jamás se ha hecho!"...
En enero de 1966, Wilson se pone en contacto con el poeta y publicista Tony Asher, para que le ayudase a dar forma a su nuevo proyecto. El joven creativo (que apenas conocía a Wilson), se vuelca con la idea del músico, aunque piensa que se trata de un trabajo en solitario de Brian, en paralelo, o como una salida de los Beach Boys, nada mas lejos de la realidad. Con una media docena de temas compuestos se presenta ante el resto de la banda, quienes, perplejos y alucinados, protestan de manera airada ante aquellos temas complejos, con esos arreglos tan barrocos, y con la idea de usar unas técnicas de sonido que rivalizarían con las de su mentor y rival, el productor Phil Spector. Con la firme oposición de Mike Love, y la convicción del fracaso, unos contrariados Beach Boys parten de gira hacia Japón y Europa, mientras Brian se queda en el estudio para continuar su proyecto. Entusiasmado con su "fantasía pop", Wilson contrata a los mejores músicos de de estudio de Los Ángeles (como los conocidos "Wrecking Crew") y expertos ingenieros de sonido como Larry Levine, en busca del "sonido perfecto", el algunos temas llegó a utilizar hasta cuarenta músicos al unísono. Con la música de Gherswin como referente básico, prepara partituras para cada uno de los temas, y plantea su trabajo como si se tratase de una obra sinfónica, cuida hasta el más pequeño detalle de manera obsesiva, lo cierto es que las drogas y la paranoia de Brian también contribuyeron de alguna manera en la creación de "Pet Sounds". Al regreso de su gira, Mike Love, Al Jardine, Carl y Dennis Wilson, simplemente tuvieron que limitarse a poner sus voces, algo que tampoco resultó tan fácil, ya que un obsesionado Brian obligaba a la banda a agotadoras sesiones, en las que probaba una y otra vez todas las opciones posibles de entonación, y si alguien cometía un error, incluso reparable en la mesa de sonido, los chicos debían repetirlo todo hasta que la grabación quedase perfecta. .
A pesar de que por aquel entonces, todos los estudios de grabación disponían de equipos para grabación en estéreo, Wilson decidió hacerlo en mono, y tomó esa decisión por varias razones. La primera es que Wilson era un técnico de sonido extraordinario que, a lo largo de los años, había conseguido crear sus propios métodos de producción musical, logrando incluso mejorar las técnicas del famoso "Wall of Sound" de Phil Spector, en la que mezclando numerosas capas de instrumentos y voces se conseguía un efecto de inmensa cobertura sonora muy envolvente, y Brian pensaba que en estéreo se perdería este efecto, luego estaban los medios de difusión, aunque las grabaciones se realizasen es estéreo, la mayoría de televisiones y radios contemporáneas seguían emitiendo en mono, y finalmente era un homenaje a su mentor, al Phil Spector, no en vano las iniciales del puntilloso productor son también las iniciales del título del disco "P.S". En febrero de 1966, finalizando las primeras sesiones de grabación, Wilson registró un tema que entusiasmó tanto a los de Capitol, como al resto de la banda, "Good Vibes", un tema basado en una de las ideas de Tony Asher que, tras siete meses, cuatro estudios de grabación diferentes, 90 horas de grabación y un coste astronómico de 50.000 dólares (una de las canciones más caras de la historia en aquel momento), pasaría a convertirse (con la ayuda de Mike Love) en el mítico e imprescindible "Good Vibrations". Sorprendentemente, y una vez finalizada la grabación, Wilson la califica de "sinfonía de bolsillo" y decide no incluirla en el disco.
En realidad se puede decir que "Pet Sounds" sea el primer álbum en solitario de Brian Wilson, un disco que resultó auténticamente revolucionario para su época, en realidad un trabajo introspectivo repleto de lirismo y melancolía. Hermosas y cuidadas melodías hasta el mas mínimo detalle, con una vaga línea argumental que une todos los temas, una especie de análisis musical de las distintas etapas de una relación sentimental adolescente y el consiguiente paso a la madurez, de la celebración inicial, la entrada al paraíso, "Wouldn't It Be Nice", a la amarga despedida, el canto a la pérdida de la inocencia que es “Caroline No”, una excusa perfecta para introducir algunos de los temas de amor más bonitos de la historia, una experiencia sonora ciertamente arrebatadora para cualquier oído con gusto y sensibilidad, fascinandonos en momentos como "You still believe in me" (con unos arreglos vocales que ponen la piel de gallina), la desgarradora "Don't talk (put your head on my shoulder)", o "God only knows" (sin duda una de las mejores baladas de la historia y la primera en la que Dios aparece en el título de una canción Pop). La crítica lo consideró como una auténtica obra maestra, una obra sinfónica compleja llena de lirismo y emoción, una experiencia en la que podía escucharse lo mejor de los Beach Boys, pero también trompetas, trombones, armónicas, saxos, violas, violines, gruesas líneas de bajo, campanillas, mandolinas, flautas, inéditas percusiones, xilófonos, guitarras hawaianas, acordeones, armónicas, ukeleles, clavicordios, instrumentos Arabes, theremines, timbres de bicicleta, campanas, miles de coros, botes y botellas de Coca-cola y los ladridos del perro de Wilson. Pero el público no reaccionó de la misma forma, tal vez desconcertados por aquel disco tan novedoso de la banda, tan orquestal y alejado del habitual sonido surfero, quizás también por la falta de promoción e interés por parte de los de Capitol, "Pet Sounds" resultó un semi fracaso comercial, Wilson, cual Mozart de su época, dictaminó que el público no estaba preparado para su música y no eran capaces de entenderla.
Afortunadamente muchos otros músicos supieron apreciar aquel innovador trabajo discográfico, los hallazgos que "Pet Sounds" escondía fueron inspiradores para muchos otros discos posteriores del Pop, los primeros en sumarse a esta nueva idea fueron los que inspiraron inicialmente a Wilson, the Beatles, un emocionado Paul McCartney dijo que era "el mejor disco vocal que se haya grabado nunca... es en realidad una obra maestra", que sirvió de inspiración para la creación de otro de los discos imprescindibles de la música Pop, “Sgt Pepper Lonely Heart Club Band”. Lo cierto es que no hubo tal fracaso, tal ve las expectativas fueron superiores, aunque el disco nunca supero el puesto 10 del Bilboard USA, lograría un top 2 en el Reino Unido, sólo superado por el imparable "Revolver" de los cuatro de Liverpool, y con el tiempo, se convertiría en un disco imprescindible, reivindicado por crítica y músicos de todo calibre y pelaje, y recuperado por aquel público que no supo entender la "visión" de Wilson. Pero la mala recepción de "Pet Souns" afectó de sobremanera a Brian, quien comenzó a distanciarse de sus compañeros, encerrado en su mundo, arropado por el LSD, comenzó a trabajar en un nuevo proyecto, un ambicioso álbum conceptual que superaría a "Pet Sounds", "Dumb Angel" una sinfonía adolescente dedicada a Dios, inspirado en el sencillo "Good Vibrations", que se retitularía como "SMiLE", el disco más famoso jamas grabado, ya que nunca fue acabado, las paranoias y manías Wilson comenzaron a intensificarse, tocaba el piano sobre un cajón de arena, con la excusa de que así que podía sentir el mar bajo sus pies, metía la cabeza en la pecera, desarrolló una fobia al fuego, y obligaba a sus músicos a ponerse cascos de bombero durante las grabaciones, oía voces y, al igual que Joe Meek, pensaba que Phil Spector le vigilaba y le enviaba mensajes subliminales a través de sus canciones y la televisión. Inacabado por decenas de razones, Brian Wilson, resucitaría el proyecto en 2004, rescató los temas y "recompuso" aquel desastre, en un comunicado de prensa, dijo que "The Smile Sessions" era: lo que más se aproximaba a la idea del disco terminado.
"Pet Souds" es, sin duda, uno de los mejores discos de la historia, y por eso es difícil hablar sobre él, sobre todo por que diga lo que diga, muchos lo habrán dicho antes (y posiblemente mejor), es como ponerse a calificar a los Beatles, El Quijote, Ciudadano Kane o La Gioconda, uno siempre cree que no va a dar la talla, con miedo a tergiversar el mensaje, o a dejarse cosas en el tintero. Sin embargo, a veces te vienes arriba y piensas que estas casi obligado a rendir el debido homenaje, y que, tal vez, alguien, al leer estas líneas, sepa entender en su debida manera, uno de los discos más importantes de la moderna historia de la música, un disco de capital importancia, con el que hoy, estrenamos una nueva sección, espero que lo hayáis disfrutado, y lo que es mejor, que disfrutéis del disco...