martes, 10 de noviembre de 2015

Rock (o Blues) del bueno: Dr. Feelgood



   Hace unos días recibía con entusiasmo el segundo trabajo discográfico de la banda de Rock mas descarada (por juventud y rebeldía retro), potente y sin complejos, de los últimos años. Los Irlandeses The Strypes fueron una conmoción rescatando de sus polvorientas cenizas los sonidos del Rock con influencias de Rhythm and Blues que tan popular hiciesen las bandas británicas de los años 60. Además le dieron su toque personal, un poco de magia negra, mucho Beatles, algo de fuerza Ramonera y poca manipulación externa, el resultado fue realmente esperanzador. Pero ahora con “Little Victories” llega su examen de acceso. Bien, al parecer estos muchachos dejan atras los riffs contundentes que les dieron a conocer en pro de una busqueda de un sonido personal, sin dejar ecos de The Who, Chuck Berry, The Ramones, The Yardbirds o The Jam, deciden divagar con el Indie-Pop de las últimas dos décadas. No estoy preparado aún para dictaminar al respecto, pero creo que no han avanzada y este camino, al menos, los aleja de mi, decepción inicial, aunque con sus matices... No voy a seguir con esto (todavía) toda esta divagación es una excusa para recuperar la banda a quien debían haber intentado seguir los pasos, la banda de Blues/rock mas coherente y pendenciera que ha parido madre...

  Si, muchos afirmaban que The Strypes sonaban como Dr. Feelgood, pero el combo formado por Lee Brilleaux (voz, armónica y guitarra), Wilko Johnson (guitarra principal), John B. “Sparko” Sparks (bajo) y John “The Big Figure” Martin (percusión) no fueron, ni mucho menos, un fenómeno efímero y puntual, los Feelgood han sido un tren de largo recorrido, incombustibles, con clase, estilo y mucha actitud rockera. Hoy, que voy casi improvisando, voy a pasar un poco de datos biográficos, para eso está la wikipedia que dice que "su repertorio se basaba en el rhythm and blues, encabezaron en Londres el género del pub rock, reacción al auge del rock progresivo y del glam rock, y que el punk reconoce como una de sus fuentes de inspiración"... si bien todo esto puede que sea cierto, no se acerca ni de coña a lo que es una banda como Dr. Feelgood. Si diré que sus coponntes provenían de diversas bandas de Pub Rock (movimiento musical británico de mediados de los setenta, concebido como respuesta ante los predominantes ritmos barrocos del progresivo, Glam y la Rock psicodélia, saturados de virtuosismo y trascendentalismo). Su momento fue sin duda la segunda mitad de los 70, se habían labrado una gran reputación como perfecta banda de directo hacia 1973 gracias a energéticas actuaciones en el circuito londinense, sus modales eran turbios y directos, su volumen y sonido potente y lascivo, pero su aspecto era el de "kinki de domingo", maleantes recién salidos de la boda de un colega.



Lo malo es que ni sus seguidores veían posible que tal energía se pudiera trasmitir en una grabación de estudio, y así fue, por que a pesar de la buena acogida de sus primeras grabaciones Down by the Jetty (1974) y Malpractice (1975), no sería hasta 1976 con la publicación de un álbum en directo, Stupidity, que los Feelgood no lograrían el éxito absoluto, numero uno en las listas británicas durante nueve semanas consecutivas, un excelente trabajo en el que dan un repaso a algunos de sus mejores temas, como “Back in the night”, “She does it right”, “Going back home”, “Roxette” o “All through the city”, y algunas versiones de gente como Solomon Burke, Bo Diddley o Chuck Berry. Luego vendría mi favorito, su cuarto Lp, “Sneakin’ Suspicion” (1977), en el que las diferencias entre Wilko y Brilleaux desembocarían en la ruptura y marcha del guitarrista y compositor... bueno, una historia que se repite una vez mas en el libro del Rock and Roll, y hasta aquí el rollo biográfico, esto no es relevante, lo importante es que su sonido era afilado y punzante, limpio y grosero... algo que muy pocos saben hacer.

  La actitud de los Feelgood era desafiante, casi barriobajera (de ahí que el punk los reivindique como suyos), pero su aspecto era de ligón con estilo y pistola, un desafío constante alejado de poses violentas, aceitosos, elegantes, apestando a gasolina y pólvora, al Soho londinense (cual personajes de una peli de Guy Ritchie), demoledores, sudorosos, anfetamínicos, Blues, Rock, Soul, Whiskey, cerveza, Don Perignon, fish and Chips.. aquí hemos venido a sudar, a bailar, a beber, a disfrutar de un corrosivo e intenso Rock n Blues, a ver tocar de la hostia... y a hacer Rock del bueno... esto es lo que pienso, nada de ortodoxos análisis, es puro rock seminal, tocado con las tripas y el alma, sin tapujos ni letras trascendentes, sin momentos épicos que pasarán a la historia, Rock hecho para ligar y beber, que se descojona de moñas, moderneces y pajas metafísicas. Riffs potentes y pegadizos, no inventan nada, no son los mejores, pero le echan cojones, chicas, alcohol, contundencia y mucha clase, no hace falta mas, y no es fácil, créanme....


miércoles, 4 de noviembre de 2015

Autumn....forever autumn...



   Las redes sociales molan, pero a veces ponen en evidencia cierta simpleza  e inocente conformismo en muchas de nuestras publicaciones. Hace poco lo comentaba con un colega ¿que lunes alguien no cuelga un video de "I don't like mondays", o que viernes no vemos un "Friday, I'm in love", o un "Friday on My Mind"?, en septiembre los Enemigos suenan a cascoporro, y este mes nos hemos hartado del "November rain". No es que esté mal, al fin y al cabo son referencias colectivas, esenciales para "conectar" con momentos comunes y vivencias compartidas, de vez en cuando esta bien, pero todos con la misma cantinela año tras año empieza a hacerme creer que alguno necesita ampliar su espectro musico-cultural. Pues bien, hoy voy a poner mi (humilde) granito de arena a las canciones otoñales, intentando no caer en topicazos como "Autumn leaves", Autumn almanac",  o las dedicadas a los meses en cuestión... Una perfecta excusa para hablar de unos de los discos de la colección de mi padre que marcaron mi infancia y me abrieron la mente a disfrutar de todo tipo de propuestas musicales concebidas desde la pasión y la honestidad creativa... allá vamos.

 Algunos dicen que el rock contemporáneo se desarrolla a partir de la segunda mitad de los 60, los críticos comienzan a hablar de “rock” y de “pop” como géneros separados y diferenciados. La psicodelia da paso al rock progresivo, y este a su vez al sinfónico. El álbum conceptual pasa de ser tenían un compendio de canciones unidas por una excusa argumental global, como el Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, a trabajos narrativos con una trama que se desarrollaba a través de las canciones del disco, de esto sabía mucho mi padre. Yo no soy, ni mucho menos, un experto en este asunto, pero tengo interiorizados muchos de aquello discos que escuchaba de pequeño, disfrutaba mucho escuchando a Rick Wakeman, imaginando aquellas grandilocuentes historias musicales sobre el Rey Arturo, Enrique VIII o el Viaje al centro de la tierra, era como vivir una novela musical. Pero por encima de todos me encantaba  un curioso y singular doble LP "Jeff Wayne´s Musical Version of The War of the Worlds" (1978), un álbum de rock progresivo-sinfónico, que al su vez es un "audiolibro", ya que abunda en extractos narrados de la novela de H. G. Wells de la que es adaptación.


  Aquel fascinante disco te transportaba literalmente a una invasión marciana en clave de Opera rock, yo no sabía ni papa de inglés y sin embargo imaginaba cada escena  (las fantásticas ilustraciones del disco ayudaban mucho) los diálogos dramáticos cobraban intensidad reforzados por las notas de temas instrumentales y vocales. Su artífice fue un astuto músico y productor británico (aunque nacido en USA) especializado en sintonías televisivas y jingles publicitarios llamado  Jeff Wayne (Nueva York, 1943), tal vez un infravalorado artista de corta discografía propia, tan sólo recordado por este álbum, una experimento extravagante y barroco (en momentos parece inspirarse en "El anillo del nibelungo" de Richard Wagner) convertido en verdadera obra de culto. El argumento, de sobra conocido, relata una invasión marciana (en Londres) a finales del siglo XIX, para lo que Wayne fichó a figuras de excepción, como los actores Richard Burton, David Essex o Julie Covington y músicos como Justin Hayward (The Moody Blues, otro día os hablo de ellos y del "mellotron"), Chris Thompson (Manfred Mann) o  Phil Lynnot (Thin Lizzy)... pero no voy a daros la brasa mas con detalles, aquí hemos venido a por una canción otoñal, pero ya me conocéis, no puedo contar algo sin dar mil detalles "esenciales" jeje.

  El álbum cuenta con momentos épicos de rock progresivo vocal sinfónico (bajo los cánones setenteros del rock "adulto" con ecos de Alan Parsons Project, Emerson Lake and Palmer, Rick Wakeman, Yes, y operas rock al estilo de Tim Rice y Andrew Lloyd Webber) destacando  "The Eve of The War", "Thunder Child", "The Spirit of Man" y, para mi pricipalmente, "Forever Autumn" (Top 5 UK), una magnífica balada rock, amargo lamento por los seres queridos que se pierden en la guerra, en la inspirada voz de Justin Hayward, cuya melodía fue compuesta por Wayne en 1969, como fondo para un jingle publicitario de Lego, a la que Gary Osborne y Paul Vigrass pusieron letra para el cantante de Moody Blues, al que Jeff quería por que le había impactado "Nights In White Satin ".

  "Forever Autumn" es una hermosa balada pastoril sobre la pérdida, una canción de amor universal donde la vida será "siempre otoño". Para entenderla correctamente puede escucharse de dos formas, probablemente la mejor manera sea en el contexto narrativo del LP, pero funciona también como tema independiente, tanto es así que fue lanzado como single de Moody Blues en 1976, vendiendo más de 100.000 copias. No os doy mas la brasa, esta es mi canción de otoño, ahora que lo pienso, me gusta el otoño. Me gusta el olor de octubre, los colores y sentir un poco de aire en la cara. Noviembre... también, tal vez porque siempre que termina el verano nos imponemos nuevos retos y queremos hacer las cosas mejor... buen otoño!