jueves, 23 de mayo de 2013

Vinilos de Oro: "Please Please Me"








En diversas ocasiones me he referido a la maravillosa colección de vinilos de mi padre, una heterogénea selección que marcó profundamente mi infancia. Recuerdo muchos domingos, es esas horas relajadas cercanas al aperitivo, mi madre en la cocina, mi padre inmerso en alguna de esas imaginativas reformas caseras de pintura, electricidad, carpintería, fontanería...(mezcla de "chapuzas" casero y habilidad artesana que, por cierto, también he heredado), en un momento determinado, mientras me pedía alguna herramienta, me decía: "pon un disco anda!", aquello me encantaba, conectaba aquel increíble ampli de bombillas, con su zumbido inicial tan único, y comenzaba a repasar entre los Lp's en busca del adecuado (los singles y Ep's eran para otro tipo de momentos), mi padre solía dejar a mi elección lo que debía sonar. Y la cosa no era sencilla, allí convivían Carlos Santana, Rick Wakeman, Pink Floyd, Supertamp, Elvis, Jerry Lee Lewis, Otis Redding, Simon and Garfunkel, Los Brincos.... en definitiva un variopinto elenco que hacía que te esforzaras en encontrar el sonido adecuado para aquel momento. Una vez hecha la elección, y tras la necesaria y maravillosa liturgia de limpieza y colocación precisa de la aguja, me detenía un momento a contemplar su funda, indagando en los detalles de su contraportada, recuerdo que en muchas de ellas era costumbre añadir un texto (normalmente escrito por un periodista musical) a modo de introducción al disco, curiosidades de cada una de las canciones, detalles destinados a los fans, algo muy común en algunos Lp's entre los 60 y 70. Uno de ellos se convirtió en mi favorito por ese mismo motivo, te hacía conocer (someramente) al grupo, explicando quien cantaba cada tema (algo que me llamaba mucho la atención, yo creía que los grupos tenían un solo cantante, y en este cantaba hasta el batería!), aquel disco era una edición española original de "Please Please Me", y cambió mi manera de escuchar la música, despertando en mí un espíritu curioso, investigador, siempre en busca del detalle o el dato perdido. Aquel disco, y aquella contraportada cambiaron mi vida, lo que yo no sabía por aquel entonces es que también sirvió como punto de partida de la revolución pop mas grande jamas conocida. Yo simplemente disfrutaba con mi padre de unos maravillosos temas que, desde entonces, son parte de mi propia existencia...

 Es imprescindible referirse al 11 de febrero de 1963, día en que John, Paul, George y Ringo se encierran junto al productor George Martin en los estudios EMI de Londres, para una intensa y maratoniana sesión de grabación de 9 horas y 45 minutos, que dará como resultado uno de los discos clave de la historia de la música Pop. Pero para entender el como y el porqué de "Please Please Me" debemos retroceder un poco mas en el tiempo, concretamente al 9 de noviembre de 1961. Brian Epstein, había visto el nombre de the Beatles meses atrás en un cartel, le había parecido tonto y sin gracia, Brian era encargado del departamento musical una de las tiendas de la cadena North East Music Stores (NEMS) en la calle Whitechapel, además de columnista musical en la revista Mersey Beat, durante varios días numerosos clientes le habían preguntado por el single que the Beatles habían grabado con Tony Sheridan en Alemania, como no supo encontrarlo a través de sus contactos habituales, y sabiendo que la banda tocaba habitualmente en el  Cavern Club, un local a solo dos calles de su tienda, decidió ir a verlos y preguntarles directamente sobre aquel sencillo. Según, Alistair Taylor, un empleado de Epstein que le acompañaba aquella tarde, Brian quedó impresionado por la inmediatez de su música, su vibrante ritmo y su carisma escénico, mas tarde mientras conversaba con los cuatro músicos descubrió unos tipos divertidos y con potentes personalidades. Un mes mas tarde se convierte en el mánager de la banda, the Beatles firman un contrato de cinco años con él en el Casbah Club, un pequeño local en el sótano de la casa de Pete Best (por aquel entonces batería de la banda). Epstein nunca firmó el contrato, como señal de confianza, dajando así vía libre a la banda para poder romper su relación siempre que quisieran. Es el principio de todo, convence a los chicos para que cambien sus vaqueros por modernos trajes, diseña un tipo de show menos desordenado, mas elegante (introduce la famosa inclinación sincronizada al final de las actuaciones), lo que incrementa notablemente la popularidad de la banda en sus directos. Sin embargo también consiguieron el rechazo de practicamente la totalidad de los principales sellos discográficos ingleses, finalmente un técnico de sonido amigo de Epstein, decide enviar la demo de la banda a George Martin, un productor de Parlophone (un pequeño sello filial de EMI), acomodado en un puesto fácil y poco arriesgado, publicando música clásica y bandas sonoras de humor (Peter Sellers, Spike Milligan, Peter Ustinov...), quien ve algo en ellos y decide planificarles una audición.



 Martin quedó entusiasmado tras conocerles personalmente, tras la audición decidió que debía contratarles, en un principio diseña un tipo de producción "estándar" para las bandas del momento, les cede un tema “diseñado para el éxito” ("How do you do it?"),ignorando al menos por el momento sus composiciones propias, aunque a regañadientes, graban el tema, pero finalmente fueron los chicos los que impusieron su criterio, y sería “Love me Do” su primer single, un tema blusero, de preciosas armonías vocales, una novedosa intro de armónica… todo estribillo. En ese momento George Martin ya desconfiaba de la capacidad de Pete Best como percusionista, así que en las grabaciones suele sustituirle por un músico de estudio. Pronto se deshace del muchacho y los tres Beatles restantes recomiendan a un tipo que conocieron en Hamburgo, componente de la banda de Tony Sheridan, un tal Ringo Starr.Love me Do” constituyó un éxito extraordinario en Liverpool, mientras "How do you do it?" también conseguiría un gran éxito en las voces de Gerry and the Pacemakers. A “Love me Do” le acompañaba "P.S. I love you", una impresionante muestra del potencial del dúo Lennon/McCartney componiendo canciones, una hermosa, sencilla y desgarradora melodía (una temprana composición de Paul con 16 años, intentando hacer algo parecido a "Soldier Boy" de the Shirelles) con progresiones de acordes inesperadas e inspiradas armonías vocales (sin embargo, por lo precipitado del fichaje de Ringo, en la grabación es sustituido por un eficaz músico escocés, Andy White). George Martin estaba encantado, los chicos estaban implicados, tenían talento, y encima no tenía que buscarles temas para sus grabaciones, cada semana le sorprendían con nuevas ideas o melodías con gran potencial. Con Ringo completamente integrado en el combo, lanzan su segundo sencillo “Please, please me” (cara B “Ask me Why”) tema enteramente composición de Lennon que llegaba con sabor a Orbison al estudio, la conjunción Martin-Beatles comenzaba a funcionar a la perfección, y tras diferentes pruebas, se aceleró el tempo y se añadió la armónica de Lennon, dándole el toque definitivo para convertirse en el primer número 1 de la banda. El primero de 27, hay que decir que la meteorología jugó de su parte, una semana después de su lanzamiento los Beatles tocaban "Please Please Me" en un programa de TV que promocionaba las bandas de Rock nacionales "Thank Your Lucky Stars". Era el invierno más duro en muchos años, y un enorme público de británicos atrapados por la nieve contemplaron en sus televisores  un espectáculo cautivante, cuatro muchachos de Liverpool con un cote extraño de pelo, tocando con furia un pegadizo tema, cuya letra parecía insinuar una súplica de contraprestación orgásmica...



Tras aquella actuación, the Beatles se convierten el la banda del momento, un éxito sin precedentes que obliga a Parlophone a proponerles su primer Long Play. George Martin quería un primer disco en directo, en el Cavern, en su medio, tocando su repertorio habitual (declaró: "Yo había estado en The Cavern Club y había visto de lo que eran capaces. Les dije: "Grabemos todas las canciones que tienen"). Tenía hasta el título “Off The Beatle Track”, y pensada la portada: Los cuatro de Liverpool (Beatles, fonéticamente traducido, “escarabajos”), rodeados de insectos en el Zoológico de Londres, al que Martín era asiduo ya que no estaba lejos de Abbey Road. La idea fue descartada por su complejidad técnica en aquel momento, y lo arriesgado para un primer disco, y menos mal que la portada se zanjó con una magnífica foto de Angus McBean, tomada desde el entresuelo de las oficinas de EMI, en Manchester Square (hoy día no existen) y con los Beatles tres pisos más arriba, asomados a la barandilla del piso. Y así volvemos al 11 de febrero de 1963, un optimista George Martin había alquilado los estudios solo para dos sesiones de grabación, (aunque luego se tuvo que aumentar a una tercera).Lo habitual en los álbumes británicos de doce pulgadas en 1963 era tener siete canciones por cada lado del disco, así que esa mañana de invierno los Beatles llegaron a Abbey Road sabiendo que tenían que grabar diez canciones. Aun grabando en estudio, el concepto de álbum en directo se mantiene, a las ocho composiciones propias de Lennon y McCartney, le acompañan seis versiones, a cuál mejor, de sus ídolos americanos del momento. El inicio es toda una declaración de intenciones...“one-two-three-four!!!” entra potente McCartney en el primer corte “I saw her standing there”, Rock and Roll genuino de cosecha propia (con cierto aire a la manera de contar historias de Chuck Berry), una toma uno genial, salvo alguna pincelada adicional y la intro que se tomó de la 9. Comienza la leyenda...

Con las versiones fueron a lo seguro, una selección de algunos de los temas que venían “trillando” desde hacía años en Hamburgo en sus eternos y anfetamínicos directos. Todas ellas son una magnífica muestra, no sólo de lo diferente que eran a cualquier otra banda del momento, sino de lo que estaba por venir, ningún debut de la llamada Invasión Británica está a su nivel. Menos interesados en el Blues que sus contemporáneos, se decantan por un ecléctico abanico de influencias, y lejos de versionar, demuestran como las han interiorizado, reinventandolas de manera única. Homenajes al estilo vocal de las "Girl groups" del que John era un ferviente admirador, canciones de maestros como Carole King, Gerry Goffin y Burt Bacharach, como "Chains",  "Baby it’s you" o "Boys", originalmente interpretado por The Shirelles y reconvertido, según reza la contraportada en "un rocker que da ocasión al batería Ringo para hacer su primera aparición como vocalista", y en el que se puede apreciar que George Harrison ya era un esmerado colorista. El Soul llega con “Anna (go to him)” del gran Arthur Alexander. Una difícilmente comprensible versión de “ A taste of honey”, proveniente de un musical, a años luz de lo que era marca del grupo, pero que da idea de su versatilidad de estilos y contribuyó a generar un vínculo con los padres de sus fans. Y finalmente el mítico cierre, al más puro estilo “Cavern” con “Twist and Shout”, cuya grabación se dejó para el final del día, ya que Lennon había llegado con un tremendo resfriado, con la garganta dolorida, y George Martin temía que las desafiantes voces del tema dejara sin voz al artista, arruinando así toda la sesión de grabación. Es por eso que su voz suena rota (nótese su su quebrado “cry” en la previa "Ask me Why"), aun así un resultado fue memorable, y debía serlo, ya que el intento de una segunda toma dejó a Lennon absolutamente mudo.



Aparte de los sencillos que les hicieron populares, los Beatles completan el disco con otras cuatro composiciones propias, el seminal inicio con "I Saw Her Standing There" (titulado entonces aún "Seventeen"), “Misery” sencillo y directo, que bien podría haber nacido al otro lado del Atlántico, un tema compuesto originalmente para la cantante Helen Shapiro, pero rechazado por el mánager de esta, en el que George Martin se luce al piano. "Do You Want to Know a Secret", en el que se cede a Harrison la voz principal (probablemente Lennon no se vería con ánimos de cantar semejante ñoñería) y una balada mid-tempo desusadamente introspectiva, inclasificable punto álgido de interpretación y novedad llamado “There´s a place”, un tema increíble que John dejaba caer en el disco como si tal cosa, dejando claro que John Lennon ya era John Lennon, y enseñaba sus maneras desde el principio. También se grabó "Hold Me Tight", pero fue descartada y regrabada en septiembre para ser incluida en su siguiente disco. La agotadora sesión de aquel día dejó a Lennon sin voz,  a Harrison con los dedos sangrando de tanto tocar, y a Ringo con los brazos doloridos durante varios días, un disco increíblemente barato, sin pérdidas de tiempo. Dos meses después de su publicación (22 de marzo de 1963), "Please Please Me" alcanzaba l número uno en el Reino Unido, posición que conservó durante 30 semanas hasta ser desbancado precisamente por el segundo trabajo del cuarteto, "With The Beatles".

Eso fue mucho antes de acuñar el término "Beatlemanía", antes de The Ed Sullivan Show, de fumar canutos con Bob Dylan, de conocer a Elvis y a la Reina Isabel, del Sitar y el Maharishi Mahesh Yogi, mucho antes de que John conociera a Yoko, de los bigotazos de Paul, mucho antes de que se convirtieran en el eje principal del cambio de la cultura popular occidental. Antes de todo eso, a las diez de la mañana del 11 de febrero de 1963, los Beatles no eran más que una prometedora banda de Rock, con ganas de triunfar, tocar y transmitir, entrando en los estudios Abbey Road de Londres para grabar su primer disco. 9 horas y 45 minutos después, lo habían terminado. La leyenda había empezado. Para siempre....



jueves, 16 de mayo de 2013

Freddie Mercury "Tercer Acto: Farrokh"







 "No voy a ser una estrella, voy a ser una leyenda"

Bomi Bulsara esperaba nervioso el nacimiento de su primer hijo en la sala de espera del Shangani Govt. Hospital de la isla de Zanzíbar, un protectorado británico en aquel momento, Bomi, un funcionario indio de la Administración colonial británica destinado a aquella zona, se asomaba constantemente al pasillo en busca del médico que le diera noticias sobre su mujer, Jer, y el recién nacido. Era el  5 de septiembre de 1946 cuando Bomi supo que había tenido su primer hijo, un varón al que llamaron Farrokh Bomi Bulsara. La familia Bulsara, eran descendientes de los persas que emigraron a la India en el siglo VII para escapar a la persecución religiosa, por lo que eran "parsis", seguidores de Zoroastro (o Zaratustra), al que se considera primer profeta de la historia (una religión minoritaria, que apenas cuenta con 90.000 seguidores en todo el mundo, la mayor parte en Bombay). Desde muy temprana edad, Farrokh, dio sobradas muestras de que no iba a encajar muy bien en el conservadurismo del culto. así que con ocho años deciden enviarle a un internado para chicos cerca de Bombay, el St. Peter's School, allí recibiría una buena educación "británica", y a fe que lo hizo. Farrokh, aunque muy tímido y apegado a su madre y hermana pequeña Kashmira, era un muchacho despierto y con mucho talento, deportista entusiasta, pronto despuntó en boxeo, deporte que su madre consideró demasiado violento, por lo que colgó los guantes para convertirse en campeón escolar de ping pong. Tal vez por ese espíritu imperialista que reinaba en aquellas escuelas británicas, su nombre pasó de Farrockh a Freddie, un cambio que fue rápida y favorablemente aceptado incluso en el seno familiar. Es también durante esos años cuando Freddie comienza a mostrar dotes artísticas...

Fue el propio director del St. Peter's quien recomendó a los padres de Freddie que el muchacho debía tener una formación musical, con cierto recelo Jer y Bomi matriculan al chaval en piano, y le permiten formar parte del coro escolar. El inquieto Freddie también demostró interés y aptitudes para las artes escénicas, participando muy activamente en el grupo de teatro escolar, no solo actuando, si no también diseñando vestuario, decorados, etc... Pasa la mayor parte de su infancia en la India, entre la casa de su abuela y la de sus tíos en Bombay, allí impresiona a sus colegas con su increíble habilidad para reproducir las melodías de Cliff Richard, Gene Vincent o Little Richard tras escucharlas en la radio (aunque reconoce que su artista preferida era Liza Minnelli). Así que pronto monta su primera banda amateur de Rock and Roll, The Hectics, con la que triunfa en fiestas y bailes escolares (también comienza a dar muestras de una especial creatividad sonora, combinando música clásica e hindú con los clásicos del Rock, algo que ninguno de sus colegas entendía ni de lejos). En 1962, tras acabar sus estudios e el St. Mary's School, de Bombay, Freddie regresa junto a su familia a Zanzíbar, pero se encuentra ante un país convulso y azotado por la revolución, un estallido de violencia que daría como resultado el nacimiento del estado de Tanzania, por lo que los Bulsara deciden huir, emigrando al Reino Unido donde se establecen en una pequeña casa en Feltham, en Middlesex, cerca del aeropuerto de Heathrow, Londres.



Con 18 años descubre la modernidad de Londres, y queda extasiado, se hace fanático de Pink Floyd, Aretha Franklin, The Who, Bob Dylan, Elvis Presley, Led Zeppelin, The Rolling Stones, Jimi Hendrix, The Beatles..es cuando comienza a estudiar Arte, y a trabajar en el Aeropuerto, Freddie era un tipo que caía bien, amable, de muy buenos modales fruto de su educación en Bombay, donde algunas familias, aspiraban a ser mejores ingleses que los propios británicos), también tenía cierto atractivo, no era guapo, pero tenía un encanto especial, a lo largo de su vida muchas mujeres le persiguieron, aún sospechando su homosexualidad. Son los años en los que conoce a Mary Austin, los inicios de Queen, algo que ya os he contado en las dos anteriores entradas, Farrokh Bomi Bulsara desaparece y deja paso a la estrella, Freddie Mercury. Como mandan los cánones del Rock, la gran figura era conocido por su pose histriónica, por dar las mejores y mas sonadas fiestas, unos eventos orquestados milimetricamente, llenas de excesos, y aderezadas con enanos disfrazados, ogros, bailarinas de ballet y divas transexuales... Uno de sus road-managers comentaba a la revista "Rolling Stone" que sus excesos estaban organizados como maniobras militares, les llevaban las drogas a cualquier ciudad en la que tocaran, si la coca no llegaba a tiempo, se retrasaba el concierto, y por supuesto el sexo era el epicentro de todo, durante años Queen superó a Led Zeppelin en excesos y desmadres, se cuenta de Mercury que antes de un bis, a veces se escabullía al backstage, se ponía unas rayas de coca, dejaba que algún tipo al que acababa de conocer le hiciera una mamada y volvía al escenario a terminar el concierto. Según su colega Elton John, Mercury tenía un aguante como nunca había visto en nadie. “Pasaba noches y noches despierto”, contaba, “te lo encontrabas a las once de la mañana y seguía volando alto. Su banda tenía que coger un avión y él decía, tan tranquilo: ‘Joder. ¿Otra raya, querido?’. Sus apetitos eran insaciables. Me agotaba a mí, y eso no es fácil”. Es en este punto donde hay que tener cuidado, hay mucho de "leyenda urbana" en este tipo de historias, como el (malintencionado) rumor que retrata a un  Mercury visitando por la noche los puertos italianos, y ofreciendo fajos de billetes a los estibadores a cambio de favores sexuales, en mi opinión, historias creadas para dañar, aprovechando la mala fama de la enfermedad del cantante...


 Sin embargo Mercury casi nunca concedía entrevistas, su vida privada nunca debía mezclarse con el "personaje" musical, un hermetismo que cabreaba mucho a la prensa del momento, ansiosos en descubrir los detalles escabrosos de las figuras mas relevantes, lo que le condujo a que en algunos medios fuera vapuleado y menospreciado, aun así él comentaba con orgullo: "Soy famoso por no hablar con la prensa”, lo cierto es que le gustaba ser diferente y crear espectación sobre el camaleónico personaje en el que se había convertido. Andrógino, liberal, ambiguo, creador, diva... Mercury fue el epicentro de la modernidad, y si se mira bien, un hombre de su época. Mercury entendía el Rock, como un espectáculo a gran escala, no había que dejar ningún cabo suelto, escenografía, pose, vestuario, videoclips...siempre de la manera mas exagerada que se pudiese, una premisa aprendida de David Bowie, quien afirmaba que el Rock se cimenta sobre un cúmulo de soportes mas allá del sonoro, la música es el núcleo principal, sin embargo para destacar, para trascender, hay que utilizar inteligentemente otros todos los medios que tenemos a nuestro alcance, el misterio, el vestuario, el show, los videos...detalles que marcaban la diferencia en aquellos años de eclosión audiovisual, y Queen entendió este potencial a la perfección. Su madre Jer recordaba en una entrevista a "The Times", que cuando Freddie  vio a Elvis en la tele dijo "algún día seré como el, para bien o para mal", y así fue, Mercury se convirtió en una personalizada versión moderna del Rey.


Luego están la anécdotas destacables, en otoño de 1976, durante la grabación de "Day at the Races", en los estudios Wessex, Queen se encontraron con unos recién fichados por EMI, cabezas visibles del sonido imperante en aquel momento, el Punk, pronto el mundo conocería a aquellos muchachos, se hacían llamar Sex Pistols. Fue un encuentro agradable, unos chavales desaliñados y desorientados, con rabia sociopolítica, pero nada mas. Un año mas tarde, durante la grabación de "New Of The World" vuelven a coincidir en el mismo sitio, los Pistols preparaban "Never Mind The Bollocks", y contaban con un nuevo bajista, un tipo impresentable y desfasado llamado Sid Vicius.  Aquella parodia de músico, se acercó a la sala de control donde Freddie trabajaba, y de mala manera le espetó: "¿Ya has conseguido llevar el ballet a las masas?", refiriéndose a un comentario hecho por Mercury a un periodista cuando comenzó a lucir leotardos sobre el escenario (Freddie vestía diversa indumentaria escénica, kimonos, atuendos de bailarín de ballet, monos de pedrería a lo Elvis...). Fredd, educado como era, se levantó con tranquilidad, se acercó al desaliñado pelopincho y, con firmeza, aunque sonriendo le dijo: "¿Tú no te llamabas Stanley Ferocius o algo así?" mientras lo agarraba del cuello de la camisa, echándole de la sala de un empujón. Aunque el Punk conquistó unos meses a la joven y desorientada audiencia, fue un fenómeno pasajero, aunque destacable (por supuesto), y reconvertido en otros sub-géneros menos radicales, pero a Freddie no le interesaba ese limitado fenómeno musical, y mucho menos su estética, Lo curioso es que Roger Taylor comentó que le gustaba como tocaba Johnny Rotten, y con el tiempo, grupos como Nirvana, Green Day o the Germs, influenciados por ambas bandas, demostraron que, a pesar de lo equidistante del planteamiento, ambos interesaban a un público similar (al menos en aquel momento).



Aparte de su trabajo con Queen, Mercury comenzaba a labrarse una carrera como solista, un montón de sencillos (como su fantástica versión del "The Great Pretender" de the Platters) y dos álbums, Mr. Bad Guy (1985), un primer disco sin su banda, muy irregular y algo flojo, música disco y pop con arriesgados arreglos orquestales, secciones de viento, un juguetón piano, y mucha extravagancia, a pesar de que Queen se encontraba en un punto de cierto receso, Mercury no pudo, o no supo estar a la altura, y el resultado no fue lo esperado, pero como era un verdadero Rey Midas, el publico respondió bien y las ventas lo colocaron el lo alto de las listas. En 1987, Freddie, gran amante del "bel canto", acude a una representación de Ópera con Montserrat Caballé como principal soprano, emocionado con la poderosa voz de la artista catalana, sale del teatro con la idea de escribir y dedicarle una canción. Con la idea del dramatismo y la grandilocuencia de la Ópera, graba una demo y, tras concertar una cita con ella, se coge un vuelo a Barcelona, su primer encuentro se realiza en el Hotel Ritz, desde el primer momento conectan, a pesar de las evidentes diferencias entre ambos, se descubren almas gemelas, acaban amándose como se aman dos hermanos, él le regala un casette con la demo de "Barcelona", la escuchan juntos y ella se emociona con la bella melodía de la canción, continúan juntos hasta altas horas de la madrugada, charlando, conociéndose, sin alcohol, simple y pura amistad. Finalmente decide grabar con Mercury aquel tema, a la Caballé nunca le gustó relegar su voz al escenario operístico, así que el resultado fue impresionante. Barcelona (1988) fue considerado el disco mas excéntrico del año, grabado a dúo con la gran soprano, fue tachado de genialidad y disparate a partes iguales, sin embargo el éxito del tema principal "Barcelona", hizo que el COI lo eligiera como himno oficial de las Olimpiadas de 1992, en cuya ceremonia de inauguración, Mercury y la Caballé deberían cantarla, algo que nunca sucedió por el fallecimiento del cantante.

Se cuenta que tras su muerte Mary Austin, esparció sus cenizas en el lago Lemán, en Suiza, cerca de una de las residencias del artista, pero nunca se ha confirmado (como fiel seguidor de la religión zoroástrica, su cuerpo debía ser dejado en una "torre del silencio" para ser devorado por los buitres). Freddie Mercury, una de esas imágenes sin igual, que alcanzas a saber quién es con vislumbrar apenas su silueta,  con esa capa y corona de piedras preciosas en pose de “reina”, con el puño en alto y los pies separados, un titán escénico, un grande de a música, creativo innovador.un tipo que, según los que le conocieron, no era un astro, si no un chico simpático, que hacía facil el trabajo, amante de sus gatos ( incluso le dedicó una canción a uno de ellos "Delilah", la canción apareció en el disco Innuendo de Queen), solitario, reservado, estrella excesiva y luminosa. Un artista con mayúsculas cuyo legado perdura intacto muchos años después de su desaparición, y seguro que seguirá así por mucho mas tiempo...

jueves, 9 de mayo de 2013

Freddie Mercury "Segundo Acto: Brian, Roger & John"


En la Inglaterra de finales de los años sesenta, los Beatles y los Stones continuaban encabezando con poderío y firmeza las listas de ventas y popularidad, aunque comenzaban a soplar nuevos vientos, el Beat y el Rock mas ortodoxo quemaba sus últimos cartuchos. Con Hendrix revolucionando al público británico, un nuevo concepto de libertad creativa se apoderaba de las bandas emergentes, gente como  Cream, Status Quo, the Who, o Pink Floyd, perfilaban, tímidamente aún, nuevas sendas sonoras. Precisamente en 1968, la banda liderada por Roger Waters y David Gilmour actuaba en el Imperial College de Londres, como teloneros, los Pink Floyd, dieron su primera oportunidad a un grupo formado por tres estudiantes universitario, "Smile" lo formaban un tal Brian May (guitarra y estudiante de astronomía en aquel mismo instituto), Tim Staffel (bajo, voz y estudiante del Ealing Art College) y Roger Taylor (batería y futuro odontólogo del London Hospital Medical School). La banda tuvo un gran éxito aquella noche, lógico si tocas ante colegas y compañeros de estudio, pero pronto fueron reclamados para animar, con sus potentes covers de clásicos del Rock, fiestas de clubs universitarios, colegios mayores... etc. La banda sonaba muy bien, lo cierto es que ya tenían experiencia, Brian y Staffel se habían conocido anteriormente, durante su formación escolar en Hampton Grammar School de Middlesex, allí ya habían formado juntos su primer combo de Rock, "1984", con el que se habían curtido durante casi cuatro años. Poco a poco van haciéndose un hueco, actúan como teloneros de grupos como Yes y The Troggs, también junto a Free en el Royal Albert Hall (banda en la que cantaba Paul Rodgers quien mas tarde se uniría a Queen,que vueltas da la vida... ), Joe Cocker, Bonzo Dog Do-Dah Band, incluso consiguen un contrato con la agencia musical "Rondo", graban un single en los estudios Trident de Londres con dos temas: "Earth" y "Step On Me" (que por misterios de la industria musical, sólo salió en los USA) ... todo parecía encaminarles a ocupar su modesto sitio entre las bandas británicas del momento, pero el destino les tenía preparado un fantástico regalo, un ser humano dulce y brillante que les haría brillar como nunca imaginaron, un creativo y original personaje que cambiará sus destinos para siempre...

Freddie era un muchacho inteligente, tímido, atractivo y muy educado que estudiaba diseño gráfico en el Ealing Art College (logró su plaza con la nota más alta del examen de arte del Politécnico Isleworth), allí entabló amistad con Tim Staffel, ambos compartían el amor por el arte y la música, Freddie había sido vocalista en diversas bandas universitarias, como The Hectics, y posteriormente Ibex, con los que consiguió cierto renombre en Liverpool o Sour Milk Sea. Bueno, el caso es que se hicieron amigos, Freddie se convirtió en el fan número uno de Smile, y acudía a todos sus conciertos. Carismático, aunque algo introvertido, pronto entabla amistad con el resto de la banda, junto a Roger Taylor monta un puesto en el mercado de Kensington donde venden ropa usada y artesanía, Freddie era un gran dibujante, con mucho talento, sus retratos hoy en día están muy cotizados (aunque posiblemente no sea por su valor artístico, anque lo tengan). Son tiempos difíciles y a menudo comparten noche y cena escasa en el apartamento alquilado de Freddie, quien obtiene algunos ingresos trabajando en el servicio de catering del aeropuerto de Heathrow. Durante un tiempo intentó convencer a Staffel para formar parte de Smile como segundo cantante, pero sus criterios musicales eran muy distintos, Freddie soñaba con una banda de Rock potente, pero dándole al aspecto visual una especial importancia, una especie de propuesta musical completa, el espectáculo rock como concepto artístico, Tim nunca aceptó, sin embargo, cansado y con ganas de probar nuevas propuestas de Smile, abandona la banda en 1970 para formar Humpy Bong y posteriormente el grupo de rock progresivo Morgan, dejando así vía libre a Freddie. Años más tarde declararía: "Me siento muy contento de haber abandonado la banda, de no ser así, habría privado a el mundo de Queen, y eso habría sido imperdonable". Pues nada chato, gracias...



Freddie ya había cantado en alguna ocasión junto a Brian y Roger, estos le habían invitado a subir al escenario durante alguno de los conciertos de Smile, por lo que no fue difícil la transición. Con en entusiasmo y la efervescente creatividad de Freddie, deciden dar carpetazo a Smile, y comenzar un nuevo proyecto musical, Freddie también decide dejar atrás su anterior yo, cambia su apellido (Bulsara no era digno de una estrella) por el de Mercury (sacado de la tetra de una composición propia "My Fairy King”, dedicada a su madre: “Mother Mercury, look what they’ve done to me...”), según según el mismo dijo tenía “poder”. Sus nuevos colegas no estaban muy convencidos del nombre escogido por Mercury para la banda, incluso el mismo era consciente de las connotaciones homosexuales, sin embargo acabó convenciendoles de que eso sólo era una de las muchas facetas del nombre,  un nombre fuerte, muy universal e inmediato, así que el grupo terminó llamándose Queen. El último en unirse a Queen, tras probar diversas opciones, fue el bajista John Deacon, un tipo tranquilo y sosegado, que en febrero de 1971 pasa a incorporarse permanentemente al conjunto británico. Una conjunción única de talentos, Mercury era la cara visible, el show, y la voz (un potente instrumento, calificado por un crítico como "el de un tierno y vibrante tenor, que pasa luego a un tono de alta coloratura, perfecta, pura y cristalina en la parte alta"), pero sus compañeros no se quedaban atrás, los tres se intercambiaban sin problemas el papel de guitarra, bajo, teclista, y en muchas ocasiones la parte vocal, además de tener una notoria capacidad para la composición.



Mercury puso todo su empeño y pasión en Queen, así que, para no dejar ningún fleco suelto, decidió emplear su talento artístico diseñando el logotipo de la banda, una seña de identidad que pasaría a la historia, la insignia toma como base el escudo de armas real del Reino Unido, incluyendo los sinos del zodiaco de los miembros de la banda (dos leones por Roger y John, el cangrejo por Brian May y las ninfas que identificaban el signo virgo de Freddie), todo ello rodeando una gran "Q" y rematado por un Ave Fenix, simbolizando el nacimiento del grupo de las cenizas de otras formaciones. También impulsa la estética de la banda, una personal propuesta Glam, fusión de referencias tan equidistantes como Elvis, Led Zeppelin o David Bowie. Grabaron diversas maquetas, hicieron actuaciones, pero carecían de sello discográfico, la falta de progresos comenzaba a minar el ánimo de los cuatro,tras una oferta de Chrysalis Records, que rechazaron por considerarla abusiva, los ingenieros de sonido Roy Thomas Baker y John Anthony les consiguen un contrato con Trident Productions, estamos en 1972. Mientras preparan su álbum de lanzamiento, Robin Cable, ingeniero de sonido del estudio que experimentaba con la re-creación del "Muro de sonido" de Phil Spector, ofrece a Mercury grabar "I Can Hear Music" de los Beach Boys, al finalizar ofreció a Taylor y May añadir las pistas de batería y guitarra, la grabación fue lanzada como single bajo el seudónimo de Larry Lurex, y en la cara B incluía "Goin' Back", un clásico de Dusty Springfield.

Su primer álbum "Queen" (EMI, 1973) tuvo un tibio resultado, influenciado por el rock progresivo y los sonidos más oscuros del momento, tenía momentos notables de Hard Rock, y composiciones de alto nivel como “Keep Yourself Alive”, o “The Night Comes Down”. Su segundo álbum "Queen II" (1974) mostraba una banda en plena evolución y búsqueda de madurez, un destacado disco que los colocó entre las bandas de referencia de su país. Su siguiente álbum, “Sheer Heart Attack” (1974) les abre las puertas al mercado USA (gracias al sensacional “Killer Queen”), un álbum de transición, prólogo del gran estallido mundial que sería su cuarto disco. La pose operística de Mercury, las perfectas armonías vocales, la maestría de May con su guitarra eléctrica, hecha por él mismo, llamada Red Special, la versatilidad de sus temas... todo alcanza su zenit en 1975 con “A Night At The Opera” (título escogido tras ver la famosa película de los Hermanos Marx), su single de lanzamiento “Bohemian Rhapsody” supuso un catarsis, un éxito mundial, y un replanteamiento de los cánones del rock. Lo cierto es que ellos mismos se tomaron el álbum como un "renacer", tras unas pequeñas vacaciones en Hawaii, la boda de Deacon, el retiro de Brian a Tenerife para continuar con su otra pasión, la astronomía, y el nuevo contrato con EMI, dejando atrás Trident, incluyendo un nuevo representante, John Reid, quien convenció a la discográfica que les proporcionara grandes cantidades de dinero para poder grabar "el mejor álbum posible", con el que pudieron alquilar numerosos estudios de la más alta calidad, una apuesta arriesgada que, afortunadamente, les salió muy bien. Una pausa... “Bohemian Rhapsody”, una potente Rock de seis minutos con pasajes de Ópera bufa, rompió todos los records y barreras, los que acusaba a Mercury de ser un letrista pobre y sin recursos tuvieron que tragarse sus palabras, así mismo supuso una salida del armario oficial, a finales de ese mismo año el mundo entero conocía a Queen, y todos querían saber de su carismático líder, el Olympo abría sus puertas a un nuevo dios, una estrella imparable, alguien destinado, a su pesar, a romper barreras y a abrir mentes a  golpe de Rock...



 La fama de Queen fue creciendo, reforzada por las actuaciones en directo de la banda, un espectáculo visual de impacto, con un peculiar estilo teatral, que en ocasiones requería la participación del público, la revista británica "The Spectator" lo describió como "un cantante que excita y encanta a su audiencia con varias y extravagantes versiones de sí mismo", aunque también tuvieron sus detractores, amenudo eran acusados de ofrecer un show pomposo de excesiva teatralidad, en realidad los dos argumentos son igual de validos, solo es cuestión de gustos. Posiblemente por la buena acogida de “A Night At The Opera”, para su siguiente trabajo discográfico, como título escogieron el de la siguiente película filmada por los Hermanos Marx, “A Day At The Races” (1976), un disco sobresaliente, aunque menospreciado, en el que abandonan definitivamente cualquier canon del Rock, para transitar con soltura y descaro entre el Heavy, la música clásica, la Ópera, el music-hall y el Pop, en definitiva, unos Queen en estado puro que sobresalen con temas como “Somebody To Love”. Sin bajarse nunca del Top de ventas, un año mas tarde, en plena explosión del Punk, lanzan su sexto álbum “News Of The World” (1977), en el que, fieles a su heterodoxo estilo, incluyen estupendas baladas, furiosas composiciones Rock, elegantes melodías, incluso con sabor caribeño como "Who Needs You", y nos regalan dos himnos inmortales, “We Are The Champions” y “We Will Rock You”. La banda finaliza los 70 fieles al estilo que les hizo populares, seductoras y complejas melodías rockeras, con cierto gusto operístico, precisas baladas glam... pero con el cambio de década, Queen amplia sus registros sonoros, el espectáculo debe continuar...

 Un inesperado éxito de una composición de Deacon les hizo ver el camino a seguir, "Another One Bites the Dust" (The Game, 1980) era un Funk-Rock, que estuvo a punto de no ser incluida en el disco por considerarla floja, por debajo del nivel, ni siquiera pensaban lanzarla como sencillo hasta que Michael Jackson les dijo que estaban locos sino lo hacían, un número 1 absoluto, acusado en algunos foros de contener mensajes subliminales que incitaban a fumar marihuana. En The Game, Mercury se marca un espléndido homenaje al rockabilly, y a Elvis en particular, "Crazy Little Thing Called Love", en el que incluso toca la guitarra acústica, mientras May cambia su habitual guitarra casera por una Fender Telecaster. En esta época Queen comienza a utilizar sintetizadores, y su sonido se va haciendo mas comercial. En aquel momento la bisexualidad de Mercury era el centro de atención de la prensa mas amarillista, pero éste mantenía una estricta separación entre su trabajo, su hogar y su vida, sin embargo cuando se metía en el personaje de estrella del Rock, la provocación era su principal arma. Decide cambiar radicalmente su aspecto, se corta su larga melena, y con Glenn Hughes como referencia (el macho alfa de cuero negro de los Village People), se coloca unas camisetas ajustadas que dejan ver su poblado pecho, unos pantalones hiper ajustados, unos tirantes, y añade al lote un bigote intemporal.



Las composiciones se "aligeran", pasan del barroquismo a la sencillez Pop, el Funk va ganándole terreno a los sonidos heavies, durante esta etapa de transición llegan sus dos peores trabajos discográficos, la BSO de "Flash Gordon" (Dino DeLaurentiis, 1980) tan mediocre como la propia película, y "Hot Space" (1982) un estrepitoso fracaso que les hizo perder credibilidad, un disco en pleno litigio entre el Hard Rock y el Tecno-pop, sin casi guitarras, y con cargantes bases rítmicas destinadas a las pistas de baile, únicamente destacable la casual aparición de David Bowie, que se cruzó con ellos mientras grababan el disco en Suiza, y decidió acompañarles en su single de lanzamiento: “Under pressure”. Tras el varapalo comercial la banda decide tomarse un descanso, y cada uno de sus miembros emprende distintos proyectos o colaboraciones. Tardaron dos años en olvidar aquel horroroso disco, ninguno tenía la confianza en que el antiguo Queen regresara jamás, "The Works" (1984) fue una especie de reconciliación entre los miembros de la banda, ninguno se atrevía a dar una idea clara del sonido que necesitaban, por eso, aunque es un trabajo digno, es algo irregular, su primer single  “Radio ga-ga”, parecía presagiar el fiasco de "Hot Space", un tema tecno-pop que alejaba definitivamente a los fans del Queen de los 70, sin embargo, con el lanzamiento del disco en febrero, mas de uno dio un suspiro de alivio al descubrir “Tear it up”, “Hammer to fall”, o “Man on the prowl”, poderosos temas rockeros que, sin embargo no marcaban la tendencia de la banda, el éxito de “I want to break free” (incrementado por su acertado y divertido video-clip), eliminaba cualquier esperanza, y dictaminaba que un nuevo Queen estaba naciendo.



Con un Queen reinventado en sonido y estética, la banda alcanza un nivel de popularidad mayor aún que en los 70, se embarcan en multitudinarias giras mundiales, macrofestivales, Roger Taylor publica su segundo disco en solitario, Mercury lanza “Love Kills”, un single destinado a la reedición de la película de Fritz Lang "Metropolis" (1927), y posteriormente su primer disco en solitario, “Mr. Bad Guy” (esto lo dejo para la próxima semana). Parecía que la banda había encontrado un nuevo rumbo, una evolución que complacía a todos y en la que se encontraban cómodos, "A kind of Magic" (1986) les colocaba de nuevo en la cima del éxito, pocas concesiones al Hard Rock, pop comercial con aspiraciones a super-hits como “A kind of magic”, “Friends will be friends” o “Who wants to live forever”, además de servir como banda sonora del blockbuster “Los inmortales” de Russell Mulcahy. De nuevo gira mundial, “Magic tour” les llevaría a tocar al otro lado del telón de acero (concretamente en Budapest) y al macrofestival de Knebworth ( Hertfordshire), sin saberlo, un multitudinario concierto (más de 200.000 espectadores) que constituyó el último concierto en directo de Queen. Tras otro periodo de descanso, en el que Mercury se sumerge en un nuevo proyecto en solitario, la banda anuncia la grabación de un nuevo disco, “The miracle”, estamos en 1989, y la prensa comenzaba e especular sobre el estado de salud de Mercury, bastante delgado y desmejorado en comparación con su habitual imagen, dinámica y contundente. Con el anuncio del cantante de que no habría gira de presentación, la prensa comenzó a llenarse de titulares sobre el artista con  términos como "homosexual", "SIDA" y "promiscuo", intentando conseguir una reacción de Mercury, o una exclusiva sobre el asunto.


The miracle” no fue una gran sorpresa, aunque no retornaba al Rock, si que conseguía que las guitarras ganasen protagonismo ante los sintetizadores, para mi gusto no es un disco destacable, ni “The invisible man” o “Scandal” me llaman la atención, no son los Queen que me gustan. En 1991 llega el canto del cisne, “Innuendo" (1991), un disco aclamado y elogiado por la crítica, en el que un Mercury desmejoradísimo da lo mejor de si mismo, sorprendiendo a sus colegas con estratosfericas interpretaciones vocales, que nada tenían que ver con el triste aspecto del artista. Mercury sabía que sería su último disco, muchos quieren ver su epitafio en “The show must go on”, aunque Brian lo desmiente, y comenta que su despedida real fue el clip “These are the days of our lives”, en el que Freddie termina mirando fijamente a la cámara, repitiendo la última frase de la canción (“I still love you”) con una sonrisa cómplice y desapareciendo por un lateral. Mientras las fuerzas le acompañaron, Freddie siguió acudiendo al estudio de grabación, quería dejar material para que sus colegas publicasen un nuevo disco (¿tal vez por eso lo de "show must go on"?), "Made In Heaven " se lanzó en noviembre de 1995, cuatro años después del fallecimiento de Mercury, varias pistas fueron instrumentalizadas sobre el material que Freddie dejó grabado, e incluso Brian May tuvo que poner su voz para terminar la grabación de "Mother Love". Queen nos enseñó que los límites no existían, y que las barreras están para ser derribadas, te pueden gustar mas o menos, (yo os diré que no soy su fan número uno, pero me fascina el personaje y su trascendencia), cambiaron el mundo de la música, utilizando inteligentemente el video-clip como arma de promoción, Queen fueron, y son, un peso pesado de la música Pop, eso es innegable, hoy hemos desgranado muy levemente su trayectoria, la próxima semana os introduciré en el verdadero mundo interior de Freddie Mercury...

jueves, 2 de mayo de 2013

Freddie Mercury "Primer Acto: Mary"







 Antes de perder definitivamente la conciencia, los dolores que aquejaban al artista eran realmente insoportables, decidió pasar sus ultimas horas en Garden Lodge, una suntuosa y extravagante mansión en Kensington por la que Freddie tenía especial predilección. Su pareja, amante, enfermero, confidente y amigo, el peluquero Jim Hutton, se recostó en la cama a su lado, cogiendo la mano del cantante suspiró: "pronto todo el mundo lo sabrá", hablaba de la carta pública en la que declaraba oficialmente que estaba enfermo de SIDA, una especie de venganza a la prensa sensacionalista británica que habían buscado una exclusiva carroñera, tras haber especulado durante años, sin medida ni respeto, sobre la condición sexual del artista. A las diez de la noche del 22 de noviembre de 1991, Mercury se agitó dramáticamente, a gritos reclamaba sus analgésicos (el tratamiento antirretroviral con AZT lo había abandonado desde hacía algunas semanas), tras suministrarle los calmantes Hutton y Mercury durmieron abrazados. Pocas horas mas tarde Mercury despertó a su compañero, tenía sed, sufría deshidratación crónica por su enfermedad, Jim le trajo un zumo y unos trozos de mango, tras la ingesta volvió a dormir, pero a las tres de la mañana, Jim descubrió a un Freddie desesperado, abriendo la boca, que señalaba su garganta con cara de pánico, su debilidad era tal que un minúsculo trozo de mango le estaba asfixiando, a las seis de la mañana pronunció sus últimas palabras; "Pipí, pipí.". Tras llevarlo al baño a cuestas, escucharon el espantoso sonido de un hueso quebrándose, gritos, dolor, convulsiones, a pesar de ser alérgico a la morfina, su medico, el Dr. Gordon Atkinson, decidió administrarle una dosis, dictaminando que el artista no sobreviviría ni dos días mas. Sus amigos, Elton John y Dave Clark, fueron los últimos en verle, este último fue quien le acercó a su adorada gata Delilah para que la pudiese acariciar. Freddie Mercury silenciosamente el el 24 de noviembre de una bronconeumonía provocada por su enfermedad, su fiel compañero Jim Hutton, terminó compartiendo su destino falleciendo de SIDA en 2010.... Lo sé, algo crudo e incómodo para comenzar un post, si todavía estáis leyendo, enhorabuena, pero lo cierto es que no hay nada de glamour en la muerte, menos aún en la de Mercury, la joya preciosa de la reina, un grande entre grandes, antes y ahora, pero también (y a pesar de su personalidad excesiva), un humilde artista que sus actos y  existencia lo sitúan en un plano más cercano que mítico, y quizás por eso, aún mas grande....

Todo el mundo quedó estupefacto al descubrir que la mayor parte de la multimillonaria herencia de la estrella de Rock, Freddie Mercury, fue a parar a manos de una tímida y humilde mujer de Londres, quizás verdadero amor del cantante (ojo, no digo "el verdadero", creo que para Freddie las cosas no eran tan simples ni convencionales), pero lo cierto es que aquella frágil mujer fue el alma gemela de Mercury, su paño de lágrimas, su confidente, su amiga, y durante seis años, su mujer. Lo cierto es que Mary Austin fue la primera en enterarse de la enfermedad del artista, ella, con un hijo y con otro en camino, decidió estar al lado de su amigo mientras este afrontaba las etapas finales del SIDA, sin medicación (una decisión personal del artista, empeñado en acabar con aquel sufrimiento lo más rápidamente posible, por él, y por los suyos). Mary heredó una enorme fortuna, Freddie sabía que ella procedía de una humilde familia, y siempre quiso ayudarla, junto a su majestuosa mansión Georgiana del barrio londinense de Kensington, también le legaba la mayor parte de su multimillonaria fortuna, con jugosos ingresos vitalicios procedentes de las enormes ventas de sus discos. Aquella herencia, lejos de aliviar la pérdida y el vacío dejado por su compañero, se convirtió en una losa difícil de cargar. Para empezar tuvo que lidiar durante años con familiares y amigos del extravagante ídolo del rock, quienes pensaban que ella no merecía tal honor, recibía cartas de fans declarando que ella sólo era "el guardián de la casa". Para Mary, pequeña, delgada, de carácter tímido e introvertido, tanto resentimiento e incomprensión la llevó a sentirse una "prisionera" de aquella  mansión, de aquel legado. El especial lazo de lealtad e intimidad que les unía ya le había causado problemas con su familia, había provocado la envidia y el rechazo de los nuevos amigos del artista, advenedizos insolentes y acaparadores, incapaces de comprender una conexión tan clara y sincera, y luego, la separación del padre de sus hijos, el pintor Piers Cameron, quien (eclipsado por la sombra de Mercury) no pudo soportar más esta especial situación, y desapareció de su vida para siempre. Mary entró en una espiral paranoica, en la que acabó sintiéndose culpable por su herencia, con el resentimiento de miles de fans  acumulándose sobre sus hombros.



 Pero Mary nunca habría dejado sólo a Freddie, él la había comprendido como nadie, la había ayudado a crecer como persona, y ampliado su horizonte hasta lugares que nunca antes habría soñado... Mary tendría unos 19 años cuando conoció a Mercury, de extracción humilde, nunca tuvo para caprichos, sus padres eran sordomudos,  se comunicaba con ellos mediante el lenguaje de signos. A los 15 años abandona sus estudios y comienza a trabajar como secretaria, de ahí pasa a dependienta de una prestigiosa boutique londinense, "Biba", un templo de la moda y la vanguardia al que solían acudir músicos y artistas de todo tipo, entre ellos los miembros de un grupo de hard rock psicodélico llamado "Smile", Roger Taylor y Mercury tenían un puesto en el cercano mercado de Kensington donde vendían los cuadros de Mercury, ropa usada y algunas piezas de artesanía. Mary solía salir con el guitarrista, un inteligente joven, enamorado de la astronomía, llamado Brian May, pero cuando Mercury se interesó también por la joven, Brian vislumbró una conexión entre ambos, así que, elegantemente, decidió retirarse a un lado, ella estaba deslumbrada por el aspecto distinguido de Freddie, con aquella melena negra y sus elegantes zapatos blancos: "No se parecía a nadie que hubiese conocido antes. Tenía mucha confianza en sí mismo, y yo nunca la había tenido. Maduramos juntos. Me gustaba, y todo progresó a partir de ahí". Cinco meses mas tarde de su primera cita la pareja compartían piso y una vida en común.


Durante los primeros años compartieron una habitación por 10 libras semanales en Victoria Road, Kensington. No tenían dinero, y compartían baño y cocina con otra pareja... Y aquí tengo que hacer un inciso, muchos fans repudian a Mary por culpa de un oportunista libro escrito por Jim Hutton, el último amante de Freddie, en él, la acusaba de estar con Freddie sólo y únicamente por el dinero, bueno, pues eso no fue así en absoluto, ambos las pasaron canutas juntos, y, por cierto, Hutton conoció a Mercury en el 84, cuando éste estaba en la cima del éxito, y aunque recibió buena herencia (500.000 libras y un terreno en Irlanda), no salió tan bien parado como Mary...entonces ¿quien estuvo mas por el dinero?, bien, dejemos el tema.. Poco después, ya como Queen, el grupo firma un contrato discográfico (esto ya os lo contaré, paciencia), la pareja se muda a un piso mas grande en Holland Road, comienzan a incrementarse los conciertos de la banda. Es en uno de ellos, mientras Mercury atendía a unas decenas de amigos y fans que se agolpaban a su alrededor, cuando Mary vislumbra el futuro de su pareja, Freddie iba a ser una gran estrella, y ya no la necesitaba, cogió su bolso y se dirigió hacia la calle, Mercury la retuvo justo en la puerta "¿a donde vas?", ella, sonriendo, le respondió: "me voy a casa". Todo había cambiado, Mercury estaba en un imparable proceso de trasformación personal, se convertía en alguien nuevo, aquel que siempre quiso ser, un talento único y nuevo. Ella había sido parte de todo eso, no se sentía celosa ni molesta, estaba orgullosa y feliz, pero ambos debían seguir su camino. Pero él la necesitaba a su lado, no la dejó marchar, ella debía ser parte de su éxito, le compró un anillo, una casa mas grande, pero con el éxito internacional, el tiempo que pasaban juntos se fue reduciendo considerablemente.



  Fueron casi seis años de serena y fiel convivencia, con Mercury convertido en una celebridad internacional, la relación se enfrió, él levaba un ritmo frenético, apenas se veían, ya no estaban juntos, era absurdo negarlo. Durante años, y debido a la popularidad del cantante, Mary pensó que perdería a Freddie por otra mujer, sin embargo un día él le confesó algo que cambiaría su relación para siempre: "creo que soy bisexual", ella le mió a los ojos y le respondió: "No, Fred, creo que eres gay", no dijeron más, se fundieron en un abrazo, ella entendió su valentía, él agradeció su comprensión, eso los unió para siempre. A pesar de la separación, Mercury no dejó que se alejara demasiado (quizás era algo inseguro y egoísta, o tal vez se excedía en fidelidad y gratitud, no sé). Logró que la empresa discográfica le comprase una pequeña casa cerca de donde él vivía, creó un puesto de trabajo como secretaria, y pasaba a visitarla cada vez que tenía una crisis existencial. Tal vez, de alguna manera la obligó a estar ligada a él, una extraña dependencia que Mary tardó mucho tiempo en superar. Tras la muerte de Freddie, la responsabilidad de hacerse cargo de sus cenizas recayó, evidentemente, en ella, sólo Mary sabe donde fueron colocadas, muy a su pesar, tras varios días intentando evitar enfrentarse a tan doloroso encargo, las recogió de la capilla ardiente y jamás reveló donde fueron depositadas, algo que no mejoró en absoluto el aprecio que le tenían los fans, amigos, y familia del cantante.


Brian May comentaba sobre Mercury: "llamarlo gay es algo muy simplista, esto sucede por darle demasiada importancia a su vida personal". Sin embargo es en su vida personal donde hoy descubrimos los primeros apuntes de un personaje imprescindible del pasado siglo XX, en muchos casos el mito y la persona son indivisibles, es así, necesitamos ambos para desentrañar la ecuación del hombre, del artista. Mary Austin tardó mucho en aceptar que Mercury había salido definitivamente de su vida, recordaba los buenos y malos momentos, como cuando le peinaba tumbado en la cama, siendo apenas una sombra de si mismo, y tras dormir en un sillón junto a su cama, él se despertaba y le decía "oh, eres tú, vieja fiel", después de su muerte ella nunca sacó provecho de su memoria,  dirige la fundación The Mercury Phoenix Trust ,con carácter altruista, nunca vendió exclusivas, ni detalles morbosos, bueno... aunque con su suculenta herencia tampoco necesita mucho más.  Freddie Mercury, un titán de la innovación musical, un genio imparable, y sin embargo frágil y humano, hoy nos hemos acercado levemente a su figura, a través de una de las personas que más y mejor le conocieron, próximamente nos introduciremos en los aspectos mas interesantes de su biografía (que ya os aviso, es interesantísima, de obligada adaptación cinematográfica), y por supuesto hablaremos de Queen, de Montserrat Caballé, de las cualidades artísticas de Mercury, de Zanzíbar.... pero eso será otro día, tenemos Mercury para rato, espero que os haya interesado tanto leerlo, como a mi escribirlo...nos vemos!
PD: En el post sólo he introducidos temas que, supuestamente, están dedicados a Mary...