jueves, 25 de abril de 2013

Gracias.... "Flor de Pasión"






Me vais a permitir una batallita nostálgica....

Hay muchos puntos de conexión entre los amantes de la música Pop y Rock, es un hecho comprobado tras miles de tertulias y conversaciones etílicas. Son muchas las ocasiones el las que me he encontrado (cerveza en mano) debatiendo con algún amigo sobre cual es el mejor disco de los Beatles, o charlando sobre los emocionantes inicios del Rock and Roll, enumerando los hallazgos sonoros de la "British Invasion", o ensalzando en exceso las virtudes de los mitos añorados del pasado siglo XX... siempre hay temas de conversación. Es cierto, la música nos une, creando pequeños grupos de  "desconocidos  cómplices", hermanos de una pasión que, aunque cada uno vive a su manera, no ha hecho compartir a lo largo de nuestro aprendizaje, unas vivencias comunes. Momentos especiales, como aquel en que escuchamos por primera vez ese tema que nos convirtió en coleccionistas y buscadores empedernidos, condenados para siempre por un vicio sonoro, que nos llevaba a peregrinar incansablemente por las añoradas tiendas de vinilos usados, con aquel peculiar olor a a cartón húmedo y felicidad, llenas de emocionantes tesoros a descubrir. Pasábamos tardes enteras recopilando grabaciones caseras en casettes (con la voz del locutor de turno), y enarbolábamos nuestra bandera de rebelde adolescente en forma de camisetas estampadas y chapas con los logos de nuestros grupos favoritos, tiempos que recuerdo con cierta nostalgia (tal vez por la edad) y una amplia sonrisa. Pero por encima de todo esto hay un nexo común que supera barreras sociales y generacionales, una experiencia iniciática que marcó a muchos de nosotros durante mas de tres décadas, y sigue hoy en día dejando su huella en aficionados de todas las edades, os hablo, por supuesto del mítico Juan de Pablos, y de su "criatura radiofónica", ese paraíso sonoro llamado "Flor de Pasión"...



Fue un descubrimento increíble, creo que tendría 17 o 18 años cuando escuché por primera vez la atropellada verborrea de Juan de Pablos, una elocuencia real, humana, que trasmitía verdad musical, a merced de su estado de ánimo... aún me recorre un extraño y familiar hormigueo cuando le escucho. Cada noche, mi hermana y yo esperábamos ansiosos la mítica sintonía, con el "Attends ou va-ten" de Serge Gainsbourg grabado por Paul Mauriat, comenzaba cada día una hora para soñar y vivir la música, escuchábamos "Flor de Pasión" de Radio 3 en un viejo radiocasette, con la puerta pegada con celofán, esperando algún tema que mereciese darle al "Rec", y así recopilar para nuestra particular colección casera (cuando escribo esto me doy cuenta de lo que han cambiado las cosas, y lo que Internet ha favorecido, al menos en este sentido). Siempre era igual, las mismas frases "hoy hemos tenido a los controles...", ese "Hmmmm" tras cada canción, el "un instrumental para el cambio de fases", con el que pasaba de un bloque a otro... al final aquello se convertía en una charla personal entre Juan y tu, cada programa destilaba el estado de ánimo del locutor, lo que te hacía empatizar y comprender el por que de la selección del día (he de confesar haberle llamado para pedir algún tema, y descubrir que me dedicaba su tiempo amable, tímido, tierno, pero también apasionado, al igual que se muestra a través de las ondas), y siempre culminaba con el "Azzurro" de Celentano, un momento agridulce, que te dejaba con una sonrisa deseando el próximo programa.



El Peter Pan del Pop, como le bautizó hace años Carlos Moral, sigue hoy en plena forma y demuestra el mismo entusiasmo y la misma pasión que en sus inicios, tal vez mas. Nacido en Cáceres en 1948, Juan de Pablos se ha convertido en un referente profesional para cualquier aspirante a radiar música, un tipo afortunado que se gana la vida haciendo lo que mas le gusta, y con una legión de fieles seguidores a sus espaldas, un todoterreno que parece sobrevivir al margen de modas y gobiernos, irreductible, casi un milagro profesional, necesario  y sin embargo, aún hoy, "alternativo". De Pablos además en un DJ de los pies a la cabeza, el perfecto animador de guateques y fiestas poperas, un tipo que se aferra a los temas que adora como si fueran pequeñas tablas de salvación cotidianas, esas "recoleterias", como el las llama y que acabas necesitando igual que él. Lo hermoso y fascinante de "Flor de Pasión" es que cada uno tiene una imagen distinta (propia y única) de su contenido, para muchos puede estar asociado al Soul, para otros muchos a la difusión de nuevas bandas de pop fresco, otros lo relacionarán con el rock más clásico, quizás por el pop británico...para mí fue una verdadera catarsis Doowop, una experiencia casi mística que me abrió un universo de artistas y sonidos maravillosos, una influencia, casi un aprendizaje, que cambió de manera sutil mi manera de entender y apreciar la música, haciendo caer las barreras de los prejuicios e incentivando un interés investigador (casi arqueológico), que arrastro con placer hasta este mismo momento.



 Lo mejor de Juan de Pablos es su inagotable erudición, su conocimiento de la historia del Pop y el Rock, con él descubrí la curiosa anécdota sobre como Ricky Nelson decidió hacerse cantante, la triste historia de Frankie Lymon, la primera canción que grabó Dino Valente después de pasar dieciocho meses en la cárcel, la curiosa historia de Eric Clapton y George Harrison acerca de "Layla"... un sinfín de nombres como Cosimo Matassa, Alain Toussaint, Berry Gordy o Ernie Maresca, que no hicieron sino incentivar y alimentar mi deseo de conocer y manejar esos datos con, al menos, la mitad de soltura y seguridad que el maestro. En aquellos programas (fue antes de ir a la "mili", luego perdí un poco la conexión), cada tema era un nuevo descubrimiento, incluso los ya conocidos me maravilla su capacidad de extraer canciones de un contexto concreto y hacerlas brillar bajo una luz nueva. Eran tiempos de the Velvets, Marcels, Dion y los Belmots, the Mystics, Stereos, the Cadets, Gene Chandler, the Fiestas, the Dovells...pero también de Francoise Hardy, France Gall, Nico Fidenco, Michel Polnareff, en definitiva un magnífico collage que cada día se mostraba con un color diferente. Luego estaba la "otra parte", esta me costó mas de asimilar, era el hueco que siempre dedica a los emergentes grupos de Pop nacionales, gente que no tienen cabida en otras emisoras, digamos, mas comerciales, artistas que se convirtieron en amigos incondicionales del locutor, y que siempre le requieren en actos y presentaciones de discos, así descubrí a unos fabulosos Cool Jerks, (quienes incluso le invitaron a participar en uno de sus discos), los Fresones Rebeldes, La Casa Azul, Los Flechazos (quienes merecen un post pero ya!), La monja enana...etc. No sé como lo hace, pero todo lo que pone acaba interesándote y sonando de maravilla.



Nuestro Wolfman Jack particular ha hecho de todo a lo largo de su dilatada carrera profesional, muchos lo recordarán en TVE junto a Carlos Tena en "Auambabulubabalambambú", o como actor ocasional en "El año de las luces" de Fernando Trueba, "La mujer de tu vida" de Emilio Martínez Lázaro, o "Moros y Cristianos" de Luis García Berlanga, entre otras. Pero por encima de todo siempre esta "Flor de pasión" a lo largo de tres décadas se las a arreglado para subsistir haciendo las cosas a su manera, sin admitir imposiciones ni modas,  alguien que se ha ganado a pulso el respeto de los demás dedicándose a su trabajo con toda la profesionalidad posible, con los cinco sentidos pendientes en transmitir emociones y conectar así con un público tan fiel como entregado. Una forma de hacer radio, intimista, socarrona, descarada, desnudando el alma frente al micrófono, y desgranando conocimiento y pasión a partes iguales. Perdonar por este post, pero tenía un deber autoimpuesto, debía agradecer de alguna manera a quien hizo, a través de las ondas, que amara y entendiera la música de una manera tan especial y profunda, comparable quizás a lo que siente un músico sobre un escenario. Por todo ello, larga vida maestro!!

"Forza, saluti a tutti, bacioni, auguri, in bocca al lupo, arrivederci e a presto pino!"


viernes, 12 de abril de 2013

Emilie-Claire Barlow "Élégante et naturelle"






El gusto por el Jazz en Canadá es evidente, practicamente toda ciudad importante cuenta con su propio festival musical, empezando, evidentemente, por el mas importante y prestigioso del mundo,el Festival de Jazz de Montreal (también conocido como FIJM), donde cada año se reunen alrededor de 3,000 artistas provenientes de más de treinta países diferentes, en mas de 650 conciertos, ante 2,5 millones de amantes de la música. Quince días donde la ciudad se inunda de música y creatividad, y en la que se dan cita las grandes figuras mundiales del Jazz, pero en los últimos años el festival se ha abierto a otros estilos como el Blues o el Soul, ampliando así mas su potencial público. Lo cierto es que la música parece tener una relevante importancia ente los canadienses, desde muy pequeños reciben instrucción musical en las escuelas públicas y privadas, por lo que proliferan numerosas bandas de música de todo tipo, así como orquestas sinfónicas y de música de cámara, pero también un elevado número de grandes vocalistas de Jazz. Si existe un "resurgir" del Jazz vocal, se debe en gran medida a los nuevos talentos surgidos en la fría Canadá, nombres como Michael Bublé, Diana Krall, Holly Cole, Susie Arioli, Diana Panton ó Kellylee Evans, han contribuido de manera muy importante en volver a poner en las listas de éxitos las elegantes melodías que, cincuenta años atrás, popularizaran gente como Frank Sinatra, Nat King Cole, Ella Fitzgerald, Dinah Washington, Anita O'Day, Julie London, o Sarah Vaughan, y como podéis comprobar, tanto antes como ahora, las voces femeninas siempre fueron mas prolíficas y mejor apreciadas por el público. Hoy os traigo una de esas voces canadienses, una incomparable joya del jazz vocal femenino, un talento exquisito, suave, etéreo, que con su sencillez y belleza ha deslumbrado ya a medio mundo, y su carrera sólo acaba de comenzar....



Emilie-Claire Barlow (Toronto, 1976) nació para cantar, predestinada para el escenario, crece en el seno de una familia de artistas, su madre (Judy Tate) es una reconocida compositora, arreglista y cantante de Jazz, su padre (Brian Barlow) es un prestigioso percusionista, su abuelo paterno (Cy Leonard )fue un popular Disk Jockey y cómico televisivo, que además, fue el primer ventrílocuo en aparecer en un show en la televisión canadiense, mientras que su bisabuelo (Bob Homme), fue un popular actor americano de televisión, que se hizo muy popular en Canadá con un programa infantil (El Gigante Bonachón) durante la década de los 60, aunque se mantuvo en antena hasta bien entrados los 80. Toda esta herencia familiar hizo que la pequeña Emilie se convirtiera en una artista precoz, a los siete años ya prestaba su melódica voz a diversos jingles de radio, pronto comenzó a labrarse una carrera como actriz de doblaje en series infantiles y anuncios, carrera que en paralelo a la musical, todavía ejerce con mucho éxito, prestando su voz en series como "Sailor Moon", "Bakugan Battle Brawlers","Martin Mystery", o "6Teen" entre muchas otras (también ha hecho sus pinitos en el cine, pero de manera anecdódica). Pero la música siempre fue la principal ambición de Emilie, por lo que se prepara adecuadamente, estudia piano, violonchelo, clarinete, violín y canto. Animada por su padre, comienza a cantar profesionalmente, acompaña a este en el "Barlow Group" (un octeto acústico creado exclusivamente para acompañar a la joven), con el que en 1997, consiguen una gran popularidad en el circuito Jazz de Toronto, el siguiente paso era, necesariamente, el estudio de grabación...



A pesar de la buena acogida del Jazz vocal femenino en Canadá, las discográficas ponen trabas a la nueva artista, piensan que el mercado está saturado y que con la Krall a la cabeza no queda un hueco rentable para otra más, por lo que con ayuda de su padre, decide producirse su primer trabajo discográfico, "Sings" (1998), un disco magnífico que le abre las puertas al público entendido canadiense, sin embargo (a pesar de sus hallazgos y aciertos) no deja de ser un disco un tanto encorsetado y lleno de clichés, en el que la Barlow no explora todas sus posibilidades vocales y artísticas. Tendrán que pasar un par de años para que la soltura y la experiencia diesen sus verdaderos frutos, en 2001 vuelve a autoproducirse con "Tribute", una amalgama de canciones que representan a diferentes géneros y estilos, incluyendo románticas baladas, melodías Swing, piezas brasileñas, vocalesse y standard Jazz. En el disco se aprecia al fin la claridad vocal de la artista, que demuestra un amplio abanico de tonalidades y colores, un gran aplomo, confianza y madurez, que le llevó a la nominación "Best Vocal Jazz Album" en los premios Juno Awards (los más prestigiosos de la música canadiense) en su edición del 2002.

La carrera de la artista de Toronto despegó imparable, la CBC la llamó "la segunda mejor opción en el jazz", y es que las entusiastas comparaciones con Diana Krall fueron inevitables, aunque, la verdad sea dicha, Barlow no suena para nada como la Krall, mientras Diana (que creció en en Nanaimo, una pequeña localidad de pescadores de la Isla de Vancouver en la Columbia Británica de Canadá) posee una sensual, cálida y "nocturna" tesitura vocal, la Barlow posee un brillo juvenil, una dulzura y una vitalidad inocente, que separa a ambas artistas en hemisferios musicales muy distintos. Durante los siguientes años la carrera internacional de la artista se dispara, con su álbum de navidad "Winter Wonderland" (2005), su nombre empieza a ser conocido en medio mundo, comenzando una exitosa gira internacional junto a su padre, con sus siguientes discos "The Very Thought of You" (2007), y "Haven't We Met?" (2009) dos maravillas del género que, principalmente, se apoyan en el Great American Songbook de los años 30 y 40, con los que consigue afianzar su estilo y cosechar un gran número de premios y alabanzas. Pero en 2010 decide dar un ligero giro y concibe el que, para mi, es el mejor álbum de su carrera, "The Beat Goes On", una mirada nostálgica al colorido y vistoso repertorio de los años 60, un trabajo impecable y personal que incluye maravillas como "Will You (Still) Love Me Tomorrow?" de Gerry Goffin y Carole King, "Raindrops Keep Falling On My Head" que popularizó B. J. Thomas, "Sunshine Superman" de Donovan, "Breaking Up Is Hard To Do" de Neil Sedaka o el clásico de Nancy Sinatra "These Boots Are Made for Walkin'", un disco imprescindible que no debéis perder de vista.



Al parecer, con "The Beat Goes On", Emilie ha comenzado una nueva e interesante etapa profesional, su último trabajo "Seule ce soir" (2012) sigue la misma hoja de ruta que su predecesor, reavivando clásicos del pop de los 60, con los mismos músicos y el mismo espíritu, pero con una nueva premisa, en su totalidad, está interpretado en la lengua de Molière. Y es que para la Barlow, la lengua francesa tiene un cierto "je-ne-sais-quoi", que le da un toque bohemio y cultureta a sus canciones, un lenguaje hermoso y musical, que hace que su voz cambie de tono sin esfuerzo, haciendo de paso, un homenaje a su público mas fiel, que le recibe año tras año con los brazos abiertos, el de Quebec, una carta de amor y agradecimiento abierta al público de habla francesa de Canadá, y por ende, al resto de sus seguidores que contiene joyas como "C'est si bon ", "La plus belle pour aller danser" o "La Belle Dame Sans Regrets" de Sting. Puro Jazz, Bossanova, Chanson, Swing, elegancia, belleza, estilo, sentimiento, inspiración y mucho, mucho talento. Una voz a seguir de cerca, que espero os guste y emocione, al menos, lo mismo que a mi, Emilie-Claire Barlow, no olvidéis ese nombre, hasta pronto!


jueves, 4 de abril de 2013

Vinilos de Oro: "Elvis Is Back"









Todo empieza y acaba en Elvis: la inocencia, la rebeldía, la sensualidad, el Rock... Elvis Presley es un personaje difícil de analizar, un mito de la música, que paradójicamente, en lo que menos destaca es en su discografía, y eso que el número de discos oficiales no está muy claro, eso se debe a que el boom de Elvis surgió cuando el "single" era el medio comercial más popular, con el tiempo y las popularidad, cada año infinidad de discos acreditados a Presley salían al mercado, sus grabaciones originales pueden variar aproximadamente entre las 650 y 700 según fuentes. Bandas sonoras, recopilaciones, discos de estudio, especiales, directos...la distinción entre los álbumes de estudio "oficiales" y otros formatos, a menudo no es clara. Tampoco tiene un disco de lanzamiento revolucionario como "Please, please me" (Beatles, 1963), o un trabajo de inflexión como "Highway 61 Revisited" (Bob Dylan, 1965), ni un superventas tipo "Thriller" (Michael Jackson, 1982), el mito de Presley hay que entenderlo como un todo global, ahí están sus interpretaciones que reinventaron el rock, su carisma escénico, su talento natural, pero también sus películas, el fenómeno fan, su decadencia...toda su vida y trayectoria crea un todo que revolucionó y cautivó a millones de seguidores de todo el mundo, todo un fenómeno social cuya fuerza y empuje todavía continúa hoy en día. Pero Elvis se formó grabando sencillos, y se volcaba en cada uno de ellos, sin embargo, en mi opinión, nunca llegó a comprender (ni él ni su mánager, el pérfido Coronel Tom Parker) el verdadero potencial del disco de larga duración, y por tanto no explotaron (ni exploraron) sus posibilidades, relegados a meras compilaciones de singles, los Lp's de Elvis no son especialmente destacables en si mismos, sin embargo, haciendo un alarde de atrevimiento, hoy rescatamos (y destacamos) uno de ellos..

Hay que reconocer previamente que el mejor Elvis lo encontramos entre 1955 y 1958, con aquellas míticas grabaciones realizadas en Nashville para la RCA junto a Scotty Moore, Bill Black, D.J. Fontana, Chet Atkins y el cuarteto vocal de Missouri, the Jordanaires. "Baby Let's Play House", "That's All Right", "Heartbreak Hotel", "Don't Be Cruel", "Hound Dog", "Love Me Tender", "All Shook Up", "Jailhouse Rock"...temas que en la voz de Elvis definirían centralmente el espíritu del emergente Rock and Roll. Hacia finales de 1957, Presley era una figura mediática con un tirón comercial nunca visto antes, explotado y utilizado hasta e máximo por su agente (aunque encantado, firmaba contratos en blanco con tal de no tener que preocuparse por los detalles), hasta el punto que, en diciembre, cuando Elvis fue llamado a filas, se convirtió en un espectáculo retransmitido para todos los EEUU, la orden de incorporación a filas fija era para el 20 de enero de 1958, sin embargo los directivos de Paramount Pictures consiguen un aplazamiento de tres meses para terminar de rodar "King Creole", su nueva película.  El 24 de marzo de 1958, Presley entraba como soldado raso en la base de Fort Chaffee, Arkansas, donde el oficial de información destinado a recibir a los reclutas (el capitán Arlie Metheny), se vio sobrepasado por una avalancha de periodistas, mientras el circo continua (la escena del pelo de Elvis cayendo al suelo por culpa de la maquinilla del barbero militar provoca berrinches por doquier). Pasa un periodo de entrenamiento básico en Fort Hood, Texas, durante ese tiempo el contacto con la prensa es casi nulo, Eddie Fadal, un empresario que Elvis había conocido durante su periodo de entrenamiento militar, incluso declaró a la prensa que "estaba firmemente convencido que la carrera de Presley había llegado a su fin". Lo cierto es que Elvis estaba a gusto en su "retiro". Sin embargo, el destino le juega una mala pasada, en agosto de ese mismo año, Gladys, su querida madre, con la que mantenía una estrecha relación, fallece con 46 años debido a una insuficiencia cardiaca derivada de una hepatitis, tras el funeral, tuvieron que arrancarle del ataúd y sedarle. Un desbastado Elvis es destinado junto a sus compañeros a la 3.ª División Blindada en Friedberg, Alemania, donde se refugia, encerrado en si mismo y alejado del mundo de la fama durante un tiempo. Con Elvis fuera de los USA, y fuera del alcance de los medios, otros artistas corrieron a disputarse el trono del Rey, aunque los de RCA continuaron lanzando algún single grabado con antelación, sin la presencia física de Presley, la cosa no funcionaba, parecía que la luz de la estrella estaba comenzando a apagarse.



El periodo de servicio militar resultó desesperante para los productores, aunque inundaron el mercado con "especiales navideños", recopilatorios y reediciones de los éxitos de Elvis, el mercado se enfriaba a una velocidad de vértigo. Mientras, en Alemania, Presley, comenzaba una espiral un tanto peligrosa, aunque no era bebedor, Elvis siempre tuvo una personalidad adictiva, y cuando los mandos repartían anfetaminas entre la tropa, con el fin de que nadie se durmiera durante las maniobras nocturnas, el rockero descubrió que gracias a las anfetas conseguía mantenerse alerta y descansado durante varios días seguidos, y encima le ayudaban a controlar su peso. Luego estaban las chicas, a Elvis siempre le atrajeron las chicas jóvenes, durante 1959 conoció a la hija de 14 años de uno de los militares destinados en Weisbaden (Alemania), lejos de la prensa comenzó una relación con la jovencita, la recogía en su coche, la ayudaba a estudiar, e incluso le proporcionaba anfetaminas para los exámenes. Aquella relación habría sido todo un escándalo si llega a oídos de la prensa, pero para cuando se supo todo (varios años mas tarde) aquella jovencita llamada Priscilla Beaulieu, decía el "sí quiero" en el Alladin Hotel de Las Vegas ante los cientos de invitados a la ceremonia. Ascendido a cabo, Elvis  vive en Alemania a cuerpo de rey, tiene su propia casa fuera del cuartel, ayudantes que le lavan y planchan el uniforme a diario, un coche propio, las chicas subían de tres en tres a su dormitorio (dicen las malas lenguas), y los fines de semana una joven Priscilla le alegraba la vida... Sin embargo, el servicio militar acaba, Elvis es licenciado con el rango de Sargento el 5 de marzo de 1960... es hora de volver a la realidad, y hay un trono que recuperar...

A su regreso las cosas estaban cambiando, la gran pregunta era si Elvis sería capaz de adaptarse a los emergentes años 60, no hubo que esperar mucho, durante el traslado en tren desde Nueva Jersey a Tennessee, la expectación y el asedio de las fans fue tal, que Elvis tuvo que "improvisar" unas apariciones especiales durante algunas escales del trayecto, una semana más tarde triunfa en en la televisión, en el en el programa "The Frank Sinatra Timex Special", el Crooner le da la alternativa de nuevo (algo irónico dado el abierto rechazo al Rock del que Sinatra solía alardear), y aunque Elvis sólo aparece 8 minutos en pantalla, aquel show fue conocido popularmente como el "Welcome Home Elvis", el artista de Tupelo se endosó la nada desdeñable cantidad de 125.000 $, algo inaudito hasta aquel momento. Pocos días mas tarde ya estaba en el estudio de RCA en Nashville preparando lo que sería su próximo álbum, pero antes, y para satisfacer al impaciente fan, sale al mercado el single "Stuck on You", un éxito inmediato que demuestra que el Rey está en muy buena forma. Pero Elvis quiere un regreso por todo lo alto, un disco que marque un antes y un después, quiere hacer un homenaje a sus orígenes, algo más maduro de lo que hubiese hecho nunca, pero también quiere dar un paso hacía el pop más emergente, y por supuesto alguna balada, para complacer a las fans femeninas, con esas premisas, comienza a elegir cuidadosamente los temas, concentrándose en el contenido de las letras, quiere borrar para siempre lo de "Elvis the pelvis", había perdido a su madre, servido a su patria, el rebelde se había vuelto el héroe americano, patriota y buen hijo, y el público respondió con entusiasmo, "Elvis is Back" se convertiría, en lo que probablemente fue el mejor álbum de su carrera.



Sin ser, ni mucho menos, el mejor disco de la década, si que hay que reconocerle varios aciertos fundamentales, el primero es el diseño original de la carpeta, toda una declaración de intenciones, dominado por una foto de estudio del artista en la que se muestra seguro y seductor, tras él, un título claro y directo, matizando que Elvis regresaba con fuerza, en la contraportada, una foto de Presley vestido de uniforme, en plan buen chico, patriota y todo eso, para rematar el conjunto, en su interior, una simulación de un álbum de fotos, con el lema "for your collection" junto a 15 instantáneas del artista durante su estancia en el ejército...puro márqueting, que además te emplazaba a ver a Elvis en su nuevo proyecto cinematográfico G.I. Blues (una infame historia sobre un cantante que sirve en en el Ejercito en Alemania Occidental...¿os suena no?). En lo musical Presley tuvo que lidiar mucho con los ejecutivos de RCA, acostumbrados a el artista se sometiera a los criterios de la compañía, se encontraron ante un Elvis con una idea muy clara de lo que quería hacer, y como no era compositor, quería un control absoluto en la elección de los temas, y aquello funcionó. El disco transita un paso más allá de los manidos estandars del Rock and Roll de los 50, y se abre en una clara concesión al pop emergente en aquellos años, sin olvidar el Doowop, el Gospel... pero es en el Jazz y el Blues donde el disco tiene dos de sus mejores momentos. Tras la breve introduccón que supone la enérgica composición de Otis Blackwell, "Make me know it", Elvis se gira hacia un público más maduro con una excelente y minimalista interpretación del clásico "Fever" (1956,  Eddie Cooley, Otis Blackwell) en la que calca (exquisitamente, eso si) nota a nota la impecable versión que en 1958 hizo de ella la gran Peggy Lee. El homenaje al rhythm and blues, del que tanto aprendió, es el tema que cierra el disco, "Reconsider Baby" (1954, Lowell Fulson), un implacable Blues, que levantó críticas por los puristas, acusándole de robar la música de los negros, hasta Jackie Wilson salió en su defensa afirmando que Elvis era el mejor Bluesman blanco de la historia y  que nadie quería aceptar que los cantantes de color le habían plagiado sus movimientos en el escenario. Sin ser un acto meditado, y sin ser consiente de su liderazgo, Elvis ejercía una influencia clave en la cultura norteamericana, demostrando que con este tipo de cosas que no existía nada anómalo en la convivencia entre negros y blancos; de hecho, como él la había experimentado directamente, la consideraba posible.



Hoy asumo que mi elección sea muy discutible, tal vez las próximas también lo sean (ya aviso), pero lo hago desde el convencimiento del aficionado "aplicado" y modesto divulgador virtual. Cuando haces una selección musical, del tipo que sea, e intentas destacar uno u otro sobre el resto, al final, incluso rigiéndote por un determinado método de selección, te acabas dejando llevar por tus emociones, tus recuerdos, colocado un peldaño más arriba, aquel disco que sería indefectiblemente descartado por cualquier otro. Bueno creo que así debe ser, y aunque estoy convencido de que  "Elvis Is Back" es el mejor álbum largo de la carrera de Elvis (aunque no por eso incluya sus mejores grabaciones), también es cierto que tengo un especial aprecio por este disco (el propio Elvis solía declarar que era el favorito de su discografía). Un excelente disco (puesto número dos en el Top Pop Albums), que incluye destacables momentos como el seminal "Dirty, Dirty Feeling" ( Leiber, Stoller), la sentida versión del tema que popularizaron The Golden Gate Quartet en 1945, "I Will Be Home Again", las intensas "It Feels So Right" (Fred Wise, Ben Weisman) , y  "Like a Baby" de Jesse Stone, pero por encima de todas esta el paso al pop con momentazos coma la versión de "Such A Night" (1953, Lincoln Chase), "Girl Next Door Went A-Walking" (1960, Bill Rice, Thomas Wayne)...y llegar al cielo con uno de los mejores temas de toda la discografía del Rey, un tema solo por el cual no hace falta justificar mas este disco, la versión del tema de Beverly Ross y Sam Bobrick "The Girl of My Best Friend", con el que os dejo de dar la lata por hoy.  Os dejo con Elvis, no sé si merece o no una corona, yo lo considero un referente generacional, un revulsivo, una figura que vino a dar sentido y forma a la naciente cultura pop con una de sus principales características, la resistencia y perdurabilidad... hasta pronto!