jueves, 26 de septiembre de 2013
"La chica detras de la canción": (Uno)
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Una persona debe sentirse muy especial cuando un artista le dedica y pone su nombre a una de sus obras. Si causa cierta curiosidad saber las razones que llevaron a un pintor, un escultor, o un fotógrafo, centrar su mirada y talento en una determinada mujer, mucho más enigmático resulta en el mundo de la música, miles de canciones dedicadas a otras tantas féminas, heroínas líricas, con verdaderas historias de amor, pasión o despecho tras sus notas. Muchas de estas historias están consagradas a mujeres anónimas, que en un principio nada tienen que ver con el mundo musical ni el artisteo en general, es el caso de "My Sharona" de The Knack, celebérrimo representante de tema destinado a ligarse a la belleza de turno, en otros casos la historia es mas personal y compleja, ¿quien no ha oído hablar del lío entre Clapton, Harrison y "Layla"?, ejemplos famosísimos de canciones con chica detrás, de los que ya os he hablado ampliamente en anteriores posts. En esta ocasión, y sin que sirva de precedente, voy a intentar ser comedido, y sin extenderme en exceso, os daré los apuntes necesarios para que conozcáis un poco más la historia de la chica de la canción, en algunos casos puras anécdotas, en otros amor y pérdida, y finalmente desmentiremos algunos bulos que corren sobre muchos de estos temas... será divertido...
"Roxanne", "Rihannon" o "Eleanor Rigby" son claros ejemplos de composiciones dedicadas a mujeres ficticias, o casi, a ver Sting se fija en un personaje de "Cyrano de Bergerac", Stevie Nicks se inspira en un personaje mitológico, y Paul McCartney mezcla distintos conceptos de su memoria, incluyendo un nombre en una tumba del patio de una iglesia. Lo que nosotros buscamos son personajes reales, musas de carne y hueso, a ser posible contemporáneas y cercanas a quienes decidieron inmortalizarlas en una partitura. Comenzamos en 1957, año en que veía la luz uno de los singles con nombre de mujer mas famosos de la historia, "Peggy Sue", compuesta por Buddy Holly, junto a Jerry Allison y Norman Petty, este famoso himno rockero iba a llamarse en un principio "Cindy Lou", en honor a una sobrina del músico de Lubbock, hasta que un día Holly tropezara (literalmente) con una adolescente llamada Peggy Sue Gerron, los libros de la chica cayeron al suelo, y el tímido y apresurado músico (ya por entonces bastante popular), el artista llegaba tarde a un compromiso, por lo que se disculpó ante la muchacha por no poder ayudarla, y continuó su camino, no sin antes indicarle que era muy bonita. Casualmente, semanas después, la chica comenzó a salir con Jerry Allison (batería de The Crickets), quien los presentó formalmente, Holly bromeó sobre aquel encuentro con su amigo, y el resultado fue este mítico tema, en el que, sin lugar a dudas, el principal acierto es la parte rítmica, posiblemente Allison tocaba al palpitante ritmo de su corazón...
Nuestro siguiente tema arrastra una leyenda urbana, que por culpa de un millar de internautas indocumentados, es ya casi imposible de desmontar. Totó fueron una banda de Rock norteamericana, formada por un grupo de músicos de sesión, con una larga trayectoria profesional, cuyo mayor éxito fue su cuarto disco de estudio (Toto IV), con el que batieron records de ventas y de premios Grammy's. La principal baza de aquel exitoso disco, era su primer corte, asimismo single promocional, "Rosanna", escrita por David Paich (teclista y cantante del grupo), con el que vendieron mas de 2 millones de copias sólo en EEUU. Muchos críticos, y posteriormente miles de fantasiosos fans, se apresuraron a afirmar que aquel tema estaba dedicado a la actriz Rosanna Arquette, quien por aquel entonces vivía una relación sentimental con el teclista del grupo Steve Porcaro. Aunque reiteradamente, David Paich, ha desmentido ninguna relación del tema con la actriz, afirmando que sólo fue una coincidencia, una elección casual en busca de una buena rima en el coro, siguen apareciendo cientos de artículos afirmando que dicha inspiración es meridianamente cierta (tal vez por que la Arquette inspiró también a Peter Gabriel su "In Your Eyes")..pero quién sabe cómo se hubiera llamado el tema de no haber estado Rosanna Arquette rondando el estudio de grabación de la banda de su chico....
Y terminamos por hoy (quedan muchas, ya os aviso), con el tema estrella de los dedicados a la chica de tus sueños, una canción archiconocida con una historia también muy repetida, pero no podíamos dejarla pasar. En 1956 Paul Albert Anka, era un joven adolescente en plena efervescencia sexual, aunque de origen libanes, vivía con su familia en Ottawa (Canadá). Cerca de su casa vivía una muchacha, varios años mayor que él, Diana Ayoub, también de libanesa, que solía hacer las veces de niñera, cuidando de la hermana del cantante cuando los padres de estos salían de compras o a cenar. Con 15 años el amor te parece doloroso e intenso, por lo que Paul idolatraba a la muchacha, una joven preciosa que además cantaba en el coro escolar y colaboraba en las obras sociales de la iglesia, vamos un ángel en toda regla. Se hicieron amigos, paseaban juntos, pero la chica tenía un noviete celoso que solía advertir a la chica de las intenciones del cantamañanas de Anka, algo que ella desmenía rotundamente. El joven Paul se volvió insistente, llamaba a la chica a diario, incluso de madrugada, la familia de Diana tuvo que intervenir y pararle los pies al jovenzuelo. Pasaron unos meses, la cosa se calmó, y un buen día Paul invitó a Diana a su casa para conversar con su "amiga" y aclarar todo aquello, nervioso, le confesó que iba a marcharse a New York en busca de una oportunidad en el mundo de la música, allí Don Costa, (productor y arreglista de Sinatra), le ayudaría a introducirse en el mundillo. Le contó que había compuesto un tema en su honor, que podría ser un gran éxito, ella le pidió escucharla, pero Anka le soltó un tímido "si, pero solo tocaré la música, no quiero cantar la letras", y es que no era un tema sobre la amistad, si no una declaración sentimental de profundo calado. "Diana", lanzada en Mayo de 1957 fue top de ventas en toda norteamerica, una oda al amor no correspondido que también llegó al nº 1 británico, y lanzó la carrera de uno de los intérpretes y compositores mas prolíficos de la historia, Paul Anka... chicas, amores, canciones... otro día más.
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jueves, 19 de septiembre de 2013
Ray Gelato "Gelato all'Italiana"
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Su presencia en escena es un anacronismo excitante, un grupo de músicos maduros, elegantemente vestidos con trajes de alpaca, corbatas, peinados a navaja, anillos de oro... te da la impresión que en cualquier momento Joe Pesci o Robert De Niro van a subir al escenario para agradecerles tocar para "la familia". No es casual el look de mafioso italioamericano, ni su pose de gángster de casino, una estudiada puesta en escena que da un valor añadido a su repertorio, mezcla de Swing, Big Band, Jazz, Jive, Jump... y mucho sabor italiano. Si Tony Bennett es el último baluarte del estándar de Jazz Norteamericano, Ray Gelato, desde Londres, se destapa como el heredero británico del Rat Pack, eso sí, poseído por el talento de Louis Prima y Renato Carosone, y aderezado con un toque de Mambo. Ray Gelato & Giants están considerados una de las mejores bandas de swing del mundo. Admirados por Sir Paul McCartney, quien quiso que amenizaran su boda con Heather Mills en el Hotel Ritz de Londres en 2002, su reputación hizo que el músico canadiense Bryan Adams les contratase para una fiesta privada, incluso la Reina de Inglaterra los ha requerido en diversas ocasiones. Señoras y señores, hoy nos ponemos de gala con el estilo y el ritmo de Ray Gelato y sus Giants...
Ray Keith Irwin, nació en Londres en 1961, su padre, un piloto norteamericano de ascendencia Italiana, llegaba constantemente a casa con novedades discográficas imposibles de conseguir el Londres, así el joven Ray, creció escuchando a Sammy Davis Jr., Dean Martin, Frank Sinatra, Bill Haley... Su pasión por la música va en aumento, un buen día descubre un disco de Coleman Hawkins, una sensación que cambia sus esquemas, el sonido del saxo tenor le cautiva, busca otros artistas como Lester Young, Illinois Jacquet, o Ben Webster, y decide tomar clases de saxo, como apenas tiene tiempo, las hace de noche, es sacrificado, pero Ray es tenaz y trabajador. Muchas de esas noches, al terminar, visita los clubes de la escena swing británica, en busca de cualquier grupo que le deje tocar con ellos un rato, es en esa época cuando descubre os sonidos de Louis Jordan y Louis Prima, los que, como ya he avanzado, llegarán a ser su más intensa influencia musical.
Recién comenzados los 80, Ray entra a formar parte de una Big Band profesional,“The Dynamite Band“, donde hace la parte de saxo tenor. Paralelamente forma parte de una banda callejera de retro jump jive, “The Chevalier Brothers", un poderoso combo que animaba de sobremanera a los transeúntes de Londres (principalmente Portobello Road y Camden Market). En pocas semanas su show está en boca de todos, cientos de personas se congregan a diario para verlos tocar, es entonces cuando deciden ampliar su dotación y comenzar a tocar por las salas y pubs londinenses. El sonido de Ray al saxo es potente, su presencia y carisma es el eje del grupo, por lo que sus compañeros le piden que se forme como vocalista, Ray acepta (a regañadientes), comienza a intervenir como cantante ocasionalmente, sorprendentemente, y en muy poco tiempo, perfecciona su técnica vocal, descubriendo una capacidad natural desconocida para él. Su debut como líder absoluto llega en un concurso de talentos en el “London Camden Palace", donde se alzan con el primer puesto. A partir de ese momento la banda se convierte en los niños mimados de la escena club de Londres, resucitando el interés por la música swing de los años 40 y 50. Son requeridos a tocar en los mas prestigiosos locales británicos, para posteriormente girar por Europa y Japón y EEUU, donde participan en los mas prestigios festivales del género, el festival de Jazz de Montreux, el North Sea Jazz festival, el festival de Jazz de Estocolmo, el de Tampere, Finlandia, Irlanda (Cork), Noruega, Francia y Bélgica...
En 1986, Maurice Chevalier (guitarra y miembro fundador junto a Ray) decide abandonar la banda, Roger Beaujolais pasa a utilizar su vibráfono en una banda de acid-jazz, mientras que John Piper (batería) había fallecido, con cambios constantes, problemas de solvencia, ahogados por los impuestos y la crisis del sector, en 1988 “The Chevalier Brothers" decide echar el cierre definitivo. Ray se sigue buscando la vida por su cuenta, su reputación sigue intacta y no le falta trabajo, en 1988 es requerido para aparecer en una escena cinematográfica, su escena es corta, sobre un escenario, junto a un grupo de bailarinas exóticas, Ray interpreta "Running Bear", tema tribal que popularizó Johnny Preston en 1959. La película, "Scandal (El caso de Christine Keeler)", que narra escándalo sexual del primer ministro británico Harold Macmillan en 1963, resultó todo un éxito de crítica y taquilla, y Gelato volvió a estar en el punto de mira de la popularidad, es requerido para participar en otros filmes, como músico, asesor, y también como ocasional actor (carisma y cara dura no le faltaban al muchacho), es en ese momento cuando decide crear su propia banda (en el siguiente vídeo los podéis ver en su salsa)...
Con Ray Gelato and the Giants of Jive vuelve a rodar por los festivales de siempre, el público les adora, dedican su energético show a los clásicos del género, haciendo menear las caderas a jóvenes (y no tanto) de medio mundo al trepidante ritmo de swing, jazz, mambo, boggie...haciendo gala de un gran sentido del humor y del control escénico, Ray sabe animar al público, hacer que se divierta, chasquea los dedos, desliza los pies, canta, dirige e irradia entusiasmo. Pasa del jazz en esencia pura, al rock and roll, de Bobby Darin, a Celentano, pasando por Gillespie. Ni que decir tiene que Ray siempre se guarda unos cuantos "momentos estelares" para lucirse con su primer amor, el saxo tenor, es en ese momento cuando se descubre una gran estrella, un músico completo, entregado y eficaz, de los que quedan ya muy pocos El pelotazo definitivo le llega en 1998, cuando su versión del clásico de Carosone "Tu vuo’fa l’americano?", se cuela como sintonía de un spot de pantalones "Docker's", y ya sabemos del tirón de la publicidad.
En 2001, rebautizados como The Ray Gelato Giants actúan como teloneros de Robbie Williams en el Royal Albert Hall de Londres, es el mismo año que les contrata Brian Adams para su cumpleaños, luego vino McCartney, su majestad la Reina (la de ellos), giras por Italia, Canadá, EEUU, nominaciones, premios... y sin embargo en España sigue siendo casi un desconocido (y eso que tiene una casa en Barcelona donde pasa largas temporadas). Ray Gelato, a sus 52 años, peina las canas de la experiencia, mantiene intacta su presencia, aunque en ocasiones deja colgado su elegante traje azul, para enfundarse una guayabera que deja ver los tatuajes de su antebrazo. Ajeno a las modas, Ray se mantiene fiel a un género y un estilo que le va a la perfección, una rareza con un prestigio a prueba de bombas. Un showman que mantiene vivo el espíritu de las bandas de swing y jazz de los 40 y 50, sin olvidar el sabor a pizza siciliana. Elegancia y clase de un todoterreno que, posiblemente, debe partirse la caja cuando oye los elogios que la prensa mas populista dedica a advenedizos como Jamie Cullum o Michael Bublé, él a lo suyo, trabajo y tablas, que el estilo no se compra, uno nace así, y veremos dentro de 20 años donde se encuentras estos jóvenes talentos... "I'm just a gigolo and everywhere I go, People know the part, I'm playin'....
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jueves, 12 de septiembre de 2013
Vinilos de Oro: "Tapestry"
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Fue a mediados de los 80, tenía no mas de 16 años, y comenzaba a coleccionar discos de marcada tendencia sesentera, grupos vocales, Rock clásico, algo de Soul... por aquel entonces, embebido en la cultura rocker, solía descartar los discos cuyas imágenes no fuesen lo suficientemente "oldies" (menos mal que eso cambió pronto). Inmerso en mi constante búsqueda de discos, una mañana me encontré observando una inquietante portada, una sencilla foto, una joven a contraluz, pantalones de pata de elefante, melena suelta con ralla al medio, y un gato en primer plano. Una imagen bucólica digna de una ilustración de Norman Rockwell, aunque era sugerente, aquello me parecía muy hippie (lo asocié a Joan Baez, que no me gustaba mucho, pero ¿que queréis?, tenía 16 años!). Sin embargo el nombre de aquella chica me sonaba, Carole King, yo conocía ese nombre!, sabía que era una de las compositoras del mítico Brill Building de NY, y que junto a su socio y marido Gerry Goffin habían compuesto parte de los éxitos de la década de los 60 ("Will You Love Me Tomorrow", "Take Good Care of My Baby", "Some Kind of Wonderful", "Chains", "The Loco-Motion", "I'm into Something Good"...)" estaba en los créditos de muchos de mis discos, sólo por eso ya merecía todo mi respeto y admiración. Al llegar a casa, y tras la ineludible liturgia (limpiar disco con paño, soplar aguja, y colocar con absoluta precisión), me dispuse a disfrutarlo mientras investigaba su contraportada... Chafón tremendo, no sonaba ni por asomo a lo que esperaba, fui pasando de corte en corte en busca de algo excitante ¿tal vez era otra Carole King?, ¿una coincidencia de nombres?, lo descarté (demasiado) rápido, y a otra cosa mariposa, creo recordar que también había comprado una recopilación de los Four Seasons, que volvió a poner todo en su sitio y aquel vinilo esperó pacientemente a que mi oído madurara...
Pasaron dos o tres años, una fría tarde de invierno me encontraba en casa, dibujando en mi estudio, el disco que escuchaba se había terminado y buscaba entre los estantes otro que me inspirara, el montón se abrió justo donde se encontraba aquel "Tapestry", yo había ampliado mis gustos, y casi no recordaba por que lo descarté, así que decidí darle otra oportunidad. Creo que algunos discos esperan pacientes "su momento", ese en el que tu ya estás preparado para él, el nuestro llegó justo aquel día. Desde el comienzo fue como una catarsis, descubrí un álbum melódico y sentimental, maravillosamente arropado por la voz desnuda y natural de una gran artista, y ese omnipresente piano!, un disco repleto de positivismo y melancolía, un sonido demoledor y directo que me caló profundamente. Había dejado de buscar temazos en los discos,y adquirido la costumbre de escucharlos calmadamente, sin saltarme nada, intentando conectar con su esencia, y curiosear los créditos sólo al final de la escucha. El comienzo fue brutal, "I feel the earth move" un eufórico temazo pop que abruma por su sencillez, un ritmo brillante, irresistible, que roza la obscenidad. El disco se convierte en una montaña rusa sentimental, los temas que conforman este "tapiz" (tapestry, en inglés) son el espejo del cambiante estado de ánimo en una relación afectiva, aunque marcadamente melancólico, en ningún momento se vuelve empalagoso o blando.
Descubrí que ya conocía algunos de aquellos temas,"It’s too late" era una de las canciones que me solían rondar por la cabeza a menudo, y ni siquiera sabía que lo tenía. Una triste balada, resignado canto al final del amor, y rabia descarnada condensadas en frases que, aún sin dominar mucho el inglés, se clavaban en mí como puñales, un inesperado número uno que cosechó un montón de premios y situó a Carole King entre las grandes artistas femeninas de su generación, pioneras de un nuevo modelo de cantautoras como Joni Mitchel, Joan Baez, o Carly Simon, cuyo éxito sin precedentes abrió las puertas a futuras generaciones de artistas. Pero posiblemente la canción mas conocida era "You’ve got a friend" (una canción que se suele atribuir erróneamente a James Taylor, quien colaboraba con King desde "Writer" (1970) fracasado debut de Carole como cantante tan solo un año antes), un destacado tema, himno a la amistad sincera y sin condiciones, lleno de emoción, en el que colabora vocalmente Taylor, a quien su autora había regalado para su disco de ese mismo año "Mud Slide Slim" (cuentan las malas lenguas que tras el divorcio de Gerry Goffin, y mudarse de New York a Lauren Canyon, Carol comenzó un intenso romance con Taylor, cuya ruptura sería el eje central de "It’s too late").
Incluso en los momentos bajos del disco, “Tapestry” rebosa quilates por cada uno de sus cortes. Para su carrera como cantante, King decide recuperar algunas de sus composiciones de mayor éxito, para alejarlas del espíritu teenager e impregnarlas de esas emociones a flor de piel, llenas de matices, que dominan todo el álbum. Una de ellas fue "Will you love me tomorrow", tema popularizado por the Shirelles en 1960, y compuesto junto a Gerry Goffin en la misma brillante época en que Neil Sedaka le dedicó aquel mítico "Oh Carol!" el resultado es una desgarrada interpretación, algo almibarada sí, pero enternecedora y personal. Pero el verdadero reto estaba en la colosal "(You make me feel like) A natural woman", un elocuente alegato sexual femenino, coescrita también junto a su ex marido, e inmortalizada para la historia por la portentosa voz de la Reina del Soul de Memphis, Aretha Franklin. Carole King era consciente de sus limitaciones vocales, y emular a la gran Aretha, era poco menos que un suicidio profesional, por lo que decide suplir su falta de registros por pasión, emoción sincera y una escalofriante capacidad de trasmitir emociones desde la desnudez vocal y la sencillez interpretativa, que llega a poner la piel de gallina en algunos momentos.
Puede que “Tapestry” sea uno de los mejores discos sentimentales de la historia, una pequeña obra maestra que marcaría una pauta a seguir en posteriores producciones discográficas. Dominada por la calidez de su piano, y la personal voz de la King, que desde la naturalidad y la humildad, con una instrumentación básica, y sin muchos arreglos de post-producción, se concibe casi como un concierto acústico, de ese modo conquista terrenos emotivos nunca explorados. Un disco casi conceptual, de gran entidad, en busca de una línea coherente y elaborada, un un puñado de grandes canciones, partes de un tapiz, un concepto de obra general, lleno de oportunidades creativas, alejado del concepto de Lp creado como excusa para reunir singles. Grupos como The Beatles con su “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, The Beach Boys con “Pet sounds” o Jimi Hendrix con “Are you experienced?” supieron ver las posibilidades del LP como obra global. Sin despreciar ningún trabajo anterior, este nuevo concepto nos trajo los grandes discos del siglo XX. Discos como al que pertenece nuestra elección de hoy, uno de esos Lp's que merecen ser llamados imprescindibles, y que no debería de faltar de ninguna colección, o discoteca que se precie. Un sobrecogedor disco que, a pesar de haberse grabado en 1971, continúa manteniendo vigentes todos sus hallazgos, alejado de los sonidos que con el tiempo quedaron desfasados, y cuya mayor virtud es la sinceridad y la música, sin mayores artificios... Disfrutarlo a fuego lento, es una verdadera maravilla....
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miércoles, 11 de septiembre de 2013
Dinah Washington "Lady Blues"
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Nos situamos, es una noche de un sábado cualquiera, en 1961, el lugar es el interior de un club en el South Side de Chicago. La sala se encuentra repleta, botellas de champagne y combinados en vasos altos, sentados junto al escenario parejas de color elegantemente vestidos, ellos como auténticos hombres de negocios y ellas de largo, con muchos brillos y alguna enorme pluma. Entre las mesas también se encuentran algunos blancos, aunque en minoría, pero no importa, el ambiente es cordial, festivo, esperan con impaciencia verla salir. Muchos ya han estado otras ocasiones que ella visita la ciudad, pero su presencia y calidad nunca decepcionan. De repente sale al escenario, el silencio va poco a poco apoderándose del local, con el pelo recogido en una coleta, elegantemente vestida de negro, ha engordado algo estos ultimos años, pero su pose y elegancia dominan con poder todo el escenario. Tiene tan sólo 37 años y ya va por su sexto marido, su personalidad es parte de su éxito, por eso van a verla. Con una seria mirada da una señal al chico de la batería, se acerca al micrófono al compás de las escobillas, y con las primeras notas de piano, la magia negra se apodera de la sala, no en vano es la "reina del Blues", su voz envuelve el ambiente, ya nadie habla, ya nadie bebe. Seguramente al acabar la noche, el público se fundirá en un aplauso unánime y sincero...una vez más.
Nació como Ruth Lee Jones en Tuscaloosa (Alabama) un caluroso 29 de Agosto de 1924, al menos era la fecha en la que celebraba su cumpleaños, ya que en aquella época, en los estados del sur de USA, no se registraban los nacimientos de la población negra. Pasó su infancia muy ligada a su madre, pianista del coro de la St. Luke’s Baptist Church, por lo que enseguida muestra interés por la música. Eran unos años duros y la familia decide mudarse a Chicago, allí la pequeña Ruth comienza a forjar su poderosa voz en el coro de la iglesia, también toca el piano, con menos de trece años ya dirige el coro, dando muestras de su perfeccionismo y talento, aunque también empieza a mostrar su difícil y conflictivo carácter. Con 15 años, gana un concurso de espirituales, justo un año mas tarde es invitada por una famosa cantante de gospel del momento llamada Sallie Martin a acompañarles como miembro de su grupo. Hacia el final de aquella gira ya se había convertido en la cantante principal del grupo, sin embargo su interés por otros caminos musicales la llevan (en 1942) a abandonar a " the Sallie Martin Singers" para forjarse una carrera en solitario como pianista y cantante de jazz en clubes y bares.
Dinah en 1958
Sus primeras actuaciones en el Garrick Bar llaman la atención del caza-talentos Joe Glaser, quien piensa que es la voz que buscaba por aquel entonces la gran banda de Lionel Hampton, junto a ellos consigue una gran popularidad entre 1943 y 1946. Durante este tiempo comienza a grabar (junto a ellos y en solitario) blues para Keynote Records, asesorada por Glaser y Hampton decide cambiar su nombre por otro mas "comercial", escoge un famoso tema de los años 20 "Dinah" y remata con un apellido muy patriótico y tradicional para cualquier americano, sea de la raza que sea: "Washington".
Durante toda su carrera dejó muy patente su gran profesionalidad y su extremado perfeccionismo, no dudaba en ridiculizar en el escenario a alguno de sus músicos si cometía un fallo durante la actuación, al igual que se encaraba furiosa si entre el público había algún espectador ruidoso o molesto. Ente 1946 y 1949 se gana el respeto de la industria y comienza a abarcar diversos estilos, pero en el blues y el jazz es donde mejor se desenvuelve, al final de este periodo y aconsejado por uno de sus letristas habituales (Leonard Feather), Dinah comienza a componer sus propios temas, Blues sensuales, cargados de ironía y con cierta denuncia social. Durante este periodo ha fichado con Mercury y se convierte en una gran estrella, se mueve entre el jazz, donde graba con gente como Clifford Brown, Cannonball Adderley, Ben Webster o Wynton Kelly, también graba standards, blues y triunfa en el pop, donde obtiene gran éxito junto a Brook Benton, con temas como "Baby you ve got what it takes" y en especial en 1960 con "A rockin' good way (To mess around and fall in love)", que ya había sido grabado dos años antes por Priscilla Bowman & the Spaniels, y 24 años mas tarde sería otro bombazo en las voces de los británicos Shakin' Stevens y Bonnie Tyler.
Durante toda su carrera dejó muy patente su gran profesionalidad y su extremado perfeccionismo, no dudaba en ridiculizar en el escenario a alguno de sus músicos si cometía un fallo durante la actuación, al igual que se encaraba furiosa si entre el público había algún espectador ruidoso o molesto. Ente 1946 y 1949 se gana el respeto de la industria y comienza a abarcar diversos estilos, pero en el blues y el jazz es donde mejor se desenvuelve, al final de este periodo y aconsejado por uno de sus letristas habituales (Leonard Feather), Dinah comienza a componer sus propios temas, Blues sensuales, cargados de ironía y con cierta denuncia social. Durante este periodo ha fichado con Mercury y se convierte en una gran estrella, se mueve entre el jazz, donde graba con gente como Clifford Brown, Cannonball Adderley, Ben Webster o Wynton Kelly, también graba standards, blues y triunfa en el pop, donde obtiene gran éxito junto a Brook Benton, con temas como "Baby you ve got what it takes" y en especial en 1960 con "A rockin' good way (To mess around and fall in love)", que ya había sido grabado dos años antes por Priscilla Bowman & the Spaniels, y 24 años mas tarde sería otro bombazo en las voces de los británicos Shakin' Stevens y Bonnie Tyler.
Sus discos siempre estuvieron entre los mas vendidos de las listas americanas de blues de los 50 y 60, quizás su éxito mas recordado sean "What a difference a day makes" o "Mad about the boy", pero cualquiera de las recopilaciones de su trabajo están llenas de absolutas maravillas sonoras. En cuanto a su vida sentimental, fue bastante ajetreada, tenia una especial predilección por los miembros de sus bandas, en particular con los baterías, se casó con tres de ellos, aunque acumuló (no se sabe cierto) entre seis y siete matrimonios, algo nada desdeñable si pensamos que falleció con 39 años. Iba camino de ser una gran estrella internacional, había roto todas las barreras raciales y de prejuicios de estilos, pero un accidental exceso de pastillas adelgazantes (luchaba contra una ligera obesidad), somníferos y alcohol acabaron con su vida en Detroit, poco antes de la Navidad de 1963.
Su voz clara, ligeramente aguda, dotada de un potente vibrato, con un fondo melancolico y áspera en algunos momentos, la llevaron a ser denominada como "lady Blues" o "la reina del Blues". Considerada por la mayoría como una de las mejores vocalistas femeninas de su época, es, sin embargo, repudiada por los puristas del jazz, que consideran un gran desperdicio su constante cambio de estilos. Sin embargo esta fluctuacion musical fue la que hizo de Dinah Washington tan popular, su talento abarcó un amplio espectro musical, el Jazz, el Blues, el R&B... ella brilló por igual en todos ellos, incluso se acercó con éxito a los sonidos mas pop del momento, por lo que la única etiqueta que se puede aplicar a nuestra invitada de hoy es...Grande Dinah!
Su voz clara, ligeramente aguda, dotada de un potente vibrato, con un fondo melancolico y áspera en algunos momentos, la llevaron a ser denominada como "lady Blues" o "la reina del Blues". Considerada por la mayoría como una de las mejores vocalistas femeninas de su época, es, sin embargo, repudiada por los puristas del jazz, que consideran un gran desperdicio su constante cambio de estilos. Sin embargo esta fluctuacion musical fue la que hizo de Dinah Washington tan popular, su talento abarcó un amplio espectro musical, el Jazz, el Blues, el R&B... ella brilló por igual en todos ellos, incluso se acercó con éxito a los sonidos mas pop del momento, por lo que la única etiqueta que se puede aplicar a nuestra invitada de hoy es...Grande Dinah!
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miércoles, 4 de septiembre de 2013
Canciones con historia: "Wish you were here"
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David Gilmore echaba mucho de menos a Syd Barrett, y escribió una de las más grandes canciones de todos los tiempos para expresar este sentimiento de pérdida. Durante años ambos habían sido "Two lost souls" (dos almas perdidas)... y ahora veía cómo todo se había convertido en infierno para Barrett... "Wish you were here", en apariencia un poema al amor ausente, que esconde un descenso a los infiernos, un amargo adiós al compañero caído en plena batalla, un sentimiento de culpa, un canto a los tiempos perdidos, una obra maestra que deja una imborrable huella en el oído colectivo popular, incluso entre los que no son fanáticos de Pink Floyd, un melancólico llanto, arropado por un suave solo de guitarra que crea a su alrededor todo un universo sonoro propio, una balada acústica dura, lastimosa y tremendamente emotiva, que te cautiva cada vez que la escuchas....
Que Pink Floyd es una de las banda fundamentales e imprescindibles de la historia de la música es innegable, te apasionen o no, su legado e influencia es un hecho. Su constante evolución, desde el Blues, hacia la psicodelia, el rock progresivo, el sinfónico con trasfondo metafísico... conforma una monumental obra sonora vanguardista, un crisol monumental formado por cientos de variopintos cristales de creatividad absoluta. Posiblemente en el centro de este crisol se encuentre su obra magna, "The Dark Side of the Moon" (1973), que marcaría un antes y un después en la popularidad de la banda británica, una obra conceptual en el que Roger Waters y David Gilmour, consolidan un sonido propio, dejando atrás las largas piezas instrumentales que caracterizaban los trabajos posteriores a la marcha en 1968 de su miembro fundador, principal compositor y letrista, Syd Barrett. Habían sido unos años duros, Waters, y Richard Wright tuvieron que hacerse cargo de las riendas creativas de la banda, pero lo cierto es que Syd Barrett se había convertido en un problema, con el creciente éxito del combo, Syd se sumergía más y mas en una espiral de alcohol y drogas (especialmente LSD), el estrés y los excesos hicieron mella en su salud mental, volviendo su conducta impredecible y autodestructiva, lo que se reflejaba en los escenarios, y mas aun, en la estabilidad de la banda. En diciembre de 1967 llaman a un músico amigo de Barrett, David Gilmour, para apoyarlo a la guitarra y cantar cuando este sufriera alguno de sus bloqueos mentales (Jeff Beck fue otro de los candidatos), pero fue una mala idea, con Gilmour en el escenario, Barrett se volvió mucho mas vago e impreciso, por lo que simplemente, dejaron de llevarlo a los conciertos. Barrett, incapaz de asumir sus responsabilidades profesionales, no concretaba sus composiciones, que se volvían cada vez mas abstractas y difíciles, por lo que finalmente, Waters, que había intentado proteger a su amigo en todo momento, decide ponerse en contacto con los productores para pedirles que "aparten" a Barrett del grupo.
Pink Floyd sobrevivió a su pérdida, pero la enfermedad mental de Barrett tuvo un profundo efecto en las letras de sus colegas. Barrett dejó la banda e intentó una breve carrera en solitario, dos álbumes tras los cuales abandonó la música definitivamente, Syd había ayudado a dar forma a una de las bandas mas importantes del siglo XX, en otoño de 1966, cuando aun se llamaban Tea Set, coincidieron en un concierto en las afueras de Londres con otra banda de igual nombre, ante aquella disyuntiva, Barrett propuso un nuevo nombre para la banda: The Pink Floyd Sound, en memoria de dos viejos músicos de blues, Pink Anderson y Floyd Council, pero aquello era el pasado, ahora estaba sólo y acabado, su desintegración personal se convirtió en una sombra, una losa omnipresente en la obra posterior de Pink Floyd...
En enero de 1975, Pink Floyd volvían a los Estudios Abbey Road , para producir, quizás el disco con más poso de amargura en toda su carrera, nacido del cansancio y la extenuación tras la gira del exitoso ”Dark side of the moon”, un obra conceptual, concebida como homenaje a Syd Barrett, según cuentan, el sentido de culpabilidad de Waters seguía atormentándole años después, así que basándose en un poema que había escrito años antes sobre la pérdida de lucidez mental de su compañero y amigo, compuso junto a David Gilmour “Wish you were here” (algo especialmente entrañable y personal, ya que raramente componían juntos), un tema, cuyo famoso riff (machacado hasta la extenuación por cualquier aspirante a guitarrista), nace mientras David Gilmour improvisa en el estudio con su guitarra acústica, sin embargo no son pocos los que apuntan hacia un "parecido razonable" con el riff principal del tema de Van Morrison ”Almost Independence Day” (1972, ”Saint Dominic’s preview”). Coincidencias sonoras aparte, la totalidad del disco es un homenaje del grupo, a Syd Barrett, un trabajo sobre la ausencia, en el que Waters vierte parte de sus obsesiones habituales, cuestionando el sistema, la gran mentira de la guerra, la negación a ser parte de un engranaje sin alma, el poder, la soledad... y la sombra de Barrett sobrevolando durante todo el proceso creativo...
Las sesiones de grabación fueron arduas y complicadas, un disco en el que se anticipan líricamente a los conceptos desarrollados en "The Wall" (1979), con precisas composiciones, y letras ácidas, como en “Have a Cigar” ó “Welcome to the Machine”. La "Suite del Diamante loco" (como así se conoce), esta concebida en nueve partes, y en el centro de todo esa joya, a medio camino entre la balada folk bucólica y el blues acústico, entre el tema de amor y la desgarrada derrota, una evocación al sentido de camaradería perdido, “Wish you Were Here”?, un tema emotivo y sencillo que cala en lo más profundo de nuestras emociones. Para completar el anecdotario, cuentan que a mitad de las sesiones de grabación, un tipo extraño, de mirada perdida, sin cejas, gordo y rapado al cero, apareció por el estudio, nadie parecía conocerlo, hasta que Roger Waters reconoció a su viejo amigo, Syd Barrett. Se había dejado caer por allí para saludar a sus viejos colegas, llevaba años aislado, recluido en los vericuetos de su alucinada mente psicótica, conversaron un rato, fue una charla extraña, inconexa, debido al estado mental de Barrett, aun así, amistosa y sincera. Desapareció poco después sin dejar rastro, sin embargo la visita de su antiguo líder impactó de sobremanera en la banda, quienes, embriagados de recuerdos y tierna amargura, deciden dedicarle la pieza central de esta suite “Shine on you Crazy Diamond” (Sigue brillando, diamante loco). Un remate final digno de una novela, la presencia fantasmagórica que se persona para redimir y reconciliarse con sus viejos amigos, nada de culpa, nada de mirar atrás, "Remember when you were young, you shone like the sun" ("Acuérdate de cuando eras joven, brillabas como el sol".... Enjoy...
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